Una horrible pesadilla hizo que llamara a su madre entre sollozos.
Ella apareció en la habitación aplicándole, con su voz, un bálsamo de consuelo. Le explicó que los fantasmas son producto de la imaginación de los niños y, lanzando un beso al aire, se evaporó tras la pared.
5 comentarios:
Maite, si todos los fantasmas con los que nos han asustado fuesen como este, o tan puros y familiares, seguro que el miedo hacia ellos no existiría.
Excelente vuelta de tuerca.
Un abrazo fuerte.
¡Muy bueno, Maite!
Un micro que se transforma en fantástico en sus últimas cinco palabras.
Un abrazo,
fantástico. en todas sus acepciones.
¡Que manía de engañar a los niños!. Estupendo.
Nicolás Jarque: Nico, totalmente de acuerdo, ojalá todos nuestros fantasmas fueran de estos ¿verdad?
Gracias por estar ahí siempre, incluso disfrazado ;)
Pedro Sánchez Negreira: gracias Pedro, es todo un subidón ver que gusta lo que escribes, y más cuando cuesta escribir.
vittt: igual que tú, un ser fantástico en todas sus acepciones :)
Cyberghost: la culpa lo tienen los Reyes Magos y el Ratoncito Pérez, una cosa lleva a la otra y...
Gracias por estar ahí, Miguel Angel.
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