Y restos de lágrimas en las mejillas atestiguaban que algo había fallado. Sin embargo, todos los protocolos se habían puesto en marcha y, las instrucciones, legadas por el creador original en aquel antiguo papiro, se habían seguido punto por punto, al pie de la letra.
Los robots intentaban reconstruir la especie humana en sus laboratorios, pero los prototipos siempre eran finalmente desechados. Éstos salían defectuosos, con una irreparable fuga de agua.