Salió de mi cuerpo, de mi cama, de mi casa y de mi vida. Lo maldije por ello diciéndole que jamás volvería a verme, sin imaginar cuánto daño harían unas simples palabras esculpidas por la rabia. El glaucoma lo envió al mundo de las sombras, sin piedad. Ahora mi vida, mi casa, mi cama y mi cuerpo, están dedicados a cumplir mi condena al lado de un hombre carcomido por la venganza y el desapego, que busca su salvación en mi sempiterno castigo.
2 comentarios:
No entiendo que no hayas tenido ningún comentario en este micro "tan grande". Son muchísimas las cosas que dices y muchísimos los sentimientos y sensaciones que transmites. Es sublime, como todo lo que sale de tu cabeza o de tu corazón.
Un beso.
Gracias por hacerle compañía a este micro, Luis. Tal vez no todo el mundo vea las mismas cosas reflejadas en el mismo espejo, ya sabes, aquello del prima, la óptica, el punto de luz...
Un beso MAYÚSCULO
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