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miércoles, 26 de enero de 2011

RUTINA

Me sorprendió verlo ahí, sentado en la cama, inmutable, grande y peludo. Rascándose la barriga, centrado en sí mismo, ajeno a lo externo, como si siempre hubiera estado en el cuarto, en mi cuarto, en nuestro cuarto. Resoplando con las fauces abiertas, llenando de vaho el espejo del baño. Mirándose las zarpas. Un oso polar en mi almohada, anunciando el frío gélido que habitaba bajo el suave satén de las sábanas.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Son tantísimos los dormitorios llenos de osos y osas polares, de sábanas heladas, de desconocidos que abrazamos por rutina, besamos por rutina, aguantamos por rutina... sin pararnos siquiera a analizar nuestro día a día, dejándonos estar, hasta que un día, como tu personaje nos preguntamos quien ese ser con el que estamos, más que viviendo, dejándonos vivir.
Una buenísima descripción del día a dia de muchísimas parejas.

Mil besos, señorita sensibilidad.

Anita Dinamita dijo...

Este pequeño relato diciendo tantas cosas. Me pregunto si ese oso polar es el mismo invierno en el que no habías reparado, o simplemente es como dice Anónimo, ese ser con el que habitas y llegado un día, no sabes ni quién es. O son los dos
Abrazos

AGUS dijo...

Lo he visto. He visto al oso. Y no dejo de preguntarme, dónde estará el pingüino. Lo malo de los osos en los dormitorios es que ya no pueden salir. Las puertas se quedaron pequeñas. Lo bueno es que en invierno dan calor.

En fin, que me quito el sombrero. Es un texto excelente. Una delicia. Un micro de esos que salen de un tirón, por arte de magia. Gracias, disfruté mucho.

Abrazos.

Luisa Hurtado González dijo...

Yo creo que el oso representa las dos cosas: el frío que hace (estoy helada) y el frío que hace en la relación.
El problema creo que es el tamaño, porque lo que hay que hacer es sacarlo de ahí, sea encendiendo la calefacción o caldeando la relación, y un oso es bastante grande.
Me gustó el micro, con frío o sin él, me gustó.
Un beso.

Torcuato dijo...

Texto fácil de leer pero hay que digerirlo bien y despacio.
Da gusto entrar en tu blog, Maite.
Un beso.

Isabel Mª dijo...

A mi me sorprende una tortuga con una historia hermosa en su interior, un día de estos la contaré. Me gustó Maite.

Lola Sanabria dijo...

Fantástico relato sobre osos y fríos invernales como el que estamos padeciendo. Me gustó mucho.

Besos,mil.

bicefalepena dijo...

Las distancias se van haciendo insalvables hasta que son imposibles.
Un caluroso abrazo.

Manu Espada dijo...

Toda una metáfora ese oso "fantástico", entre una escena de "Lost" y una de Carver, un híbrido maravilloso. Un abrazo, Maite.

Susana Pérez dijo...

Texto pequeño y profundo, oso grande y frío, mujer escritora y muy realista.

Me ha encantado.

Abrazos cálidos

Claudia Sánchez dijo...

Yo también recordé al pingüino. Pero el oso polar lo representa mejor.
Muy buena metáfora Maite!
Besos,

Unknown dijo...

Una gran metáfora Maite. Rutina, conflictos que ahogan? Sí, puede que no sea desamor. Ojalá

Un beso grande.

josef dijo...

Hay hombres que parecen animales... y al fin y al cabo qué somos?
besos.

Anónimo dijo...

Bravo. Me ha gustado, mejor, me ha encantado por muchas razones. En este texto te he visto respirar, Maite.
Enhorabuena.
Abrazos.

sandrocenturion dijo...

muy bien escrito. Nada mejor que un oso polar. Fantástico.
Saludos

David Figueroa dijo...

Fantástico, Maite. Frío, mucho frío. Para mí ese es el gran protagonista del micro, no el oso, sino el frío.
Besos.

Maite dijo...

Anónimo: muy buena disección del micro, Luis. Hay fríos que calan los huesos, y otros que se alojan en el corazón. Besos.


Anita: es el invierno en el que muchas veces, a pesar de ser verano, nos instalamos. Besito.


Agus: debo confesar que en mi cabeza había un pingüino, pero en el texto, sin quererlo, apareció un oso polar grande y blanco sentado ocupando toda la cama, esa imagen adquirió mucha fuerza en mi mente de escritorcilla, y se plantó ahí, casi sin necesidad de mí ;) Yo también disfruté escribiéndolo, la verdad.


Luisa Hurtado: veo que con la ola de frío que estamos padeciendo, estamos todo un poquito sugestionados ;) El oso es el frío de los cuerpos y las almas, así que vale como representación de ambas cosas. Abrazos.


Torcuato: hoy te agradezco muchísimo el comentario Tor, por una razón muy sencilla, me da tanto miedo aburrir...
Besos.


Isabel: pues estoy ya esperando esa tortuga que me da la sensación de que tiene una historia maravillosa para contar. Gracias por venir ;)

Miguel Ángel Pegarz dijo...

¿Cual de los inviernos será más duro?

Maite dijo...

Lola Sanabria: bueno Lola, espero que no los estemos padeciendo y que nuestra vida sea más cálida que la de la protagonista :s


Bicefalepena: tu pensamiento siempre directo y certero. Abrazos descongelantes.


manuespada: jejejeje, me ha encantado el comentario, la verdad es que sí me imaginé el micro un poco así, entre Doctor en Alaska, un anuncio de calsberg, o el mismísimo Lost. Besos acompasados en imaginación.


Su: muchísimas gracias, que alguien me llame escritora me pone los pelos de punta!! Suena genial, aunque ahora espera un momento, ummmpfffff, ya está, ya tengo los pies en el suelo ;) Besos


Claudia Sánchez: ya le he dicho a Agus que en un principio era un pingüino, pero a mí también me parecía que un oso era mucho más imagen para un texto y menos manido también. Besos.


Patricia: yo creo que no es desamor, sólo eso, rutina, y que tendrá remedio, el oso seguro abrirá un agujero en el hielo y se irá nadando, dejando espacio a las sorpresas y a la resucitación de la llama que de el calor necesario.


moderato_Dos_josef: así es, una panda de animales ;) Abrazos.


Alberto Flecha: muy bonito eso que dices, cuando en un texto se ve el corazón palpitante del autor, creo que es plenamente satisfactorio. Muchos besos.


Sandro Centurión: muchas gracias Sandro. Intenté que la imagen de un oso sentado en la cama fuera lo suficientemente potente como para atrapar al lector y ocupar por un rato todo su campo de visión. Abrazos.


David Figueroa: sí, el protagonista es el frío, sin duda, y la imagen de la rutina que lo provoca es el oso. Este último es el que hace que el texto no sólo sea una reflexión, si no que se llene de imagen.


Cybrghost: creo que la respuesta es clara y única, a no ser que no tengas calefacción en casa, claro!! ;) Besos

Antonio Eme dijo...

Me gustan los micros donde los osos se cuelan en habitaciones, jejej.

Un abrazo de los de finales de Abril ;-)

David Baizabal dijo...

Buen uso del absurdo, el sentido dislocado, la ironía. Buen micro, me dejas con un buen gusto.

Un tipo dijo...

¡Maravilloso, Maite! Me gustó bastante, al final, toda una trame. *Reverencia* :D


¡Saludos!

Maite dijo...

Antonio M.: ya ves, tiene que ser un impacto gordo encontrártelo sentado en la cama, como si estuviera esperándote :s Abrazos polares


Baizabal: qué bien, que uno lea y se quede con un buen gusto, es un placer para quien lo escribe.


un tipo: jajaja, anda, déjate de reverencias y vamos a tomarnos unas cervezas ;) Abrazos múltiples

Juan F. Plaza dijo...

A mí me parece un texto de contrastes (la suavidad del satén, la frialdad del oso) y de "acostumbramiento" y resignación (sí, uno oso polar, pero tu oso polar, el que siempre está ahí...).
Abrazos cálidos

Pablo Gonz dijo...

Vale, lo compro. Mándeme mi oso polar a la calle...
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ

Maite dijo...

woody: te encuentro con una inspiración tremenda a la hora de comentar, me dejas con una sonrisa en la boca :D


Pablo Gonz: de veras quieres un oso polar en tu habitación? Estoy convencida de que en tu cabeza hay osos polares y gnomos del bosque si hace falta, pero no hay frío en tu habitación, alguien con tanta imaginación no puede caer en la rutina ;)

Gemma dijo...

Muy bueno, Maite. Cuando la mirada que proyectamos sobre la realidad cotidiana se empaña con ese vaho que aparece en tu micro, lo siniestro e inesperado campa por sus respetos. Y ya no hay modo de olvidar ese oso.
Un saludo

Maite dijo...

Gemma: gracias por tu comentario, has tenido una muy buena visión del fondo del relato, sólo que espero que ese oso vuelva a convertirse en lo que fue en su origen. Un abrazo.