Anselmo cuidaba con mimo a su fiel compañera. Ella, camaleónica, había sabido adaptarse a los tiempos mucho mejor que él. En el 39 celebró el fin de la guerra con la misma energía que hoy hablaba de crisis. Era mucho lo compartido, el primer baile, ese roce sutil, los expectantes cambios, los partidos del Madrid. Siempre confidente, ahí estaba también pronunciando su nombre: -Anselmo Aguerri Teruel falleció ayer a los 89 años de edad- sólo ella, su vieja radio Ferguson, podría decir algo así con tanta dignidad.
8 comentarios:
Bonito homenaje a la radio.
Buena definición, Manu.
Un abrazo.
La frase final un pelín confusa, pero grande el cuento.
Un saludo.
¿Por qué la ves confusa, Víctor? ¿no se ve claro que el locutor dice su esquela por las ondas? ¿o te refieres a la sintaxis?
Un abrazo
Lo digo por la sintaxis, Maite. Se ve claro que habla la radio, pero la sintaxis de la frase es un poco complicada. Siendo más fácil ganaría el relato. Pero repito, grande el cuento.
Un saludo.
Gracias Víctor. Yo creo que esa frase es el desenlace necesario que sujeta y da a comprender todo el relato. Pero le daré una vuelta.
Un abrazo
Me parece una historia redonda. Pura poesía en una prosa intachable, llena de sensibilidad y palabras sencillas pero bien elegidas.
Enhorabuena Maitetxu.
A veces en lo sencillo está lo más hermoso, sólo hay que mirar dentro.
Un abrazo
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