Había volado durante horas desde Camboya. Sus piernas cercenadas por una mina antipersona esperaban ser reconstruidas bajo la mano experta de un cirujano ortopédico. Maddox, nombre camboyano que curiosamente significaba vida, había profanado con su inocencia una de las diez millones de minas que aún existían en su país. Hoy, con la ilusión y la moral intactas, observaba las huellas de su recién estrenada normalidad perfiladas por la lluvia en el asfalto.
Relato ganador del 1er. Concurso de Microrrelatos "La Primera Vez..." organizado por Falla Lepanto
http://www.fallalepanto.com/RelatosCortos/RelatCurt.html
8 comentarios:
Me hubiera gustado un final más demoledor, más breve. Explicar lo de la mina en una frase en vez de en un párrafo. O mejor, decirlo sin decir, con algún detalle, más implícito. De todos modos, el relato está bien. El premio lo confirma.
Maite, como veo que llevas poco por aquí, te recomiendo que te pases por los blogs de mi lista lateral, o por los de la lista de Daniel, de Microrrelatos a Peso. Encontrarás buenos relatos. Así podrás estar en contacto con otros microrrelatistas, conocer novedades...
Un saludo.
Sigo bastante de cerca a algunos de los microrrelatistas actuales. Sin duda tomo nota de tu recomendación y me empaparé de los blogs que me recomiendas. De todas formas, no me has dejado la referencia de tu blog.
Un abrazo.
Hola Maite, recuerdo haber leido este microrrelato antes, yo también participé en el certamen, enhorabuena por tu merecido premio y por el relato.
Querido paisano, parece que nos vamos pisando los talones ¿no? Espero que tengas mucha suerte en todos los relatos que están por ahí pendientes de veredicto.
Un abrazo
El relato es estupendo Maite. Puede ser que pudiera escribirse de forma más contundente pero tal y como está me encanta. Es honesto, delicado, sensible y todo ello huyendo de sensiblerías facilonas. Enhorabuena.
Un abrazo
No es fácil hablar de estos temas sin salirse de la narración y caer en la argumentación o en el exceso de sensibilidad.
Gracias, Jesús, por tu comentario.
Leeremos cosas antiguas de vez en cuando.
Este cuento me gusta por que tratas delicadamente un tema durísimo.
Un beso.
Gracias Tor, me hace mucha ilusión verte por aquí, este es un relato al que le tengo un gran cariño y que tú le hayas quitado las telarañas es un gustazo. Un fuerte abrazo.
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