Cuando desde el aire llegó el cargamento al poblado, todos acudieron gritando hacia las cajas buscando víveres. Tras abrirlas, encontraron decenas de balones de fútbol y una bicicleta. La decepción fue grande, Mobutu hacía casi dos días que no había probado bocado, y su mujer, en cinta, necesitaba urgentemente alimento. Mientras, los chiquillos, alborotados, daban patadas al esférico sin parar de reír. El pequeño Enconga trataba de pedalear en aquel caballo de acero, yéndose al suelo una y otra vez, hasta que consiguió recorrer unos metros sin caerse. Jugaron toda la noche, alumbrados por el haz de luz de la luna llena, insigne espectadora. A la mañana siguiente, el deporte y las pocas horas de sueño, acentuaron el hambre. Mobutu tuvo una idea, agujereó la parte superior de los balones y les cosió una hoja seca a modo de asa. Mandó a Enconga a visitar a la tribu vecina para que les pidiera unas semillas. Cuando éste volvió con los balones repletos de simientes, Mobutu ató al guardabarros una madera previamente afilada y comenzó a hacer surcos en la tierra con la bicicleta. Detrás, los chiquillos, poco a poco fueron sembrando para en poco tiempo recoger los frutos. Mobutu, aún guardaba una sorpresa más, uno de los balones estaba intacto. Con una amplía y blanca sonrisa se lo enseñó a los pequeños. Todos gritaron de júbilo. El mundial había comenzado.
6 comentarios:
Me gusta el relato, Maite, casi siempre se trata de ayudar sin saber lo que es realmente necesario. Sólo le veo algún inconveniente de tipo técnico: ¡me resulta dificilísimo imaginar a Enconga arando con una bicicleta!
Un abrazo.
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Me ha resultado superdivertido. Se nota el relajo vacacional ¿eh?.
Besotes.
Alberto Flecha: Creo que no es un problema técnico,si no un problema de falta de imaginación ;-) Sustituye una mula por una bicicleta en una tierra no muy dura...pedalea fuerte y...ya está! Un abrazo --->
Angel: no se si se nota el relajo vacacional, porque este relato lo escribí antes!!! voy a colgar alguna de tus ilustraciones, gracias!!!
Jajaja!. Bueno, pues vale. Mucho mejor: Es tu genuino sentido del humor.
¡Habría que pedalear como una mula!
Alberto: Jejejeje, así es, así es, pero hay muchos humanos que parecen animales o ¿no?, aunque no es el caso del pobre Enconga :-D
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