Visitantes

viernes, 6 de mayo de 2011

EXTERMINIO

Le mandaron enterrar al último hombre que quedaba sobre la faz de la tierra. Sus fornidos brazos, con la ayuda de una pala, abrieron un agujero en el suelo del cementerio. Con las manos llenas de tierra pudo sentir como puñados de grava, acompañados de barro y piedras, iban martilleándole el rostro.

37 comentarios:

Puck dijo...

Al final llegó el final incluyo para el exterminador. Me encanta
Saludillos

Luisa Hurtado González dijo...

Por lo que sea, he recordado las películas de gansters en los que más de uno se hacía su propia tumba.
Me encanta la primera frase que casi casi lo tiene todo. Creo que puedes construir un nano increible cortando, pero no seré yo quien corte nada.
Un beso.

AGUS dijo...

Terrible paradoja, pero quiénes fueron los que se lo mandaron. Me encanta la pregunta que dejas en el aire, el texto se hace infinito ahí. Inteligencia narrativa, sin duda.

Abrazos.

Sucede dijo...

El enterrador sepultado.
Me gusta Maite!!!
Abrazosss!

Sibreve dijo...

Genial, Maite.
Pensé: o no se da cuenta, cosa que me extrañaba, o va de hombrecitos verdes, que no son mis preferidos precisamente. Pero el giro es brutal. Y, además, como dice Agus, quién se lo ordena? Aunque fueran verdes, me encanta.
Saludos.

Torcuato dijo...

Se podría decir que es un suicidiogenocidio.
Besos, Maite.

Rocío Romero dijo...

Joe, excelente. La primera frase, como ya te han dicho, es tremenda. Y abre el interrogante que se guarda el texto, pero quiénes...
Muy bueno, Maite. Besos

Odys 2.0 dijo...

Terrorífica paradoja. Con un poco de suerte, cuando los robots dominen la Tierra se conformarán con tener a nuestros descendientes en un zoológico, con un poco de suerte en una Reserva :-)

Besos.

bicefalepena dijo...

Seguro que esa noche cena, por obediente...

Un abrazo

Araceli Esteves dijo...

Da mucho que pensar. Es terrible la imagen de estar enterrándose uno mismo...

Susana Pérez dijo...

Alguien lo tenía que enterrar... digo yo.

Besotes vivitos y coleantes aun.

José Antonio Fernández dijo...

Buen micro, Maite. El propio personaje se va autodestruyendo.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Autoenterrarse tiene que ser toda una experiencia.

Besos.

Elysa dijo...

Un micro que deja con muchas preguntas. Excelente

Besos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Yo no me habría enterrado, que vengan a reclamarme. Me gustó.

F dijo...

Te iba a preguntar lo mismo que Agus...bueno que todos, pero ya sé la respuesta. Son esas vocecillas que hay en nuestras cabezas¡Tú no las oyes...?

Miguel Baquero dijo...

Uno se queda pensando en dónde estaba o quién era el que se lo ordenó. Muy inquietante

Unknown dijo...

De ahora en mas, quien dio la orden será el ser más solitario del universo.
Le importará?

Gran micro, Maite.

Lola Sanabria dijo...

Supongo que los que quedaron sobre la faz de la tierra tenían poco de humanos. Muy bueno ese final, Maite.

Abrazos muy humanos.

Lila Biscia dijo...

somos todo y somos lo unico, no?
lo que tenemos.
besos

Anónimo dijo...

Maravilloso, paradójico.

Propílogo dijo...

Qué terrible sensación la de la tierra en la cara.
Qué bien dibujado, Maite.
Un abrazo
Gabriel

Maite dijo...

Puck: el final es lo único común para todos, la forma de llegar a él es lo único que es diferente. Abrazos.


Luisa Hurtado: no hace falta cortar, con hacer "otro" más corto en suficiente ;) Un beso


Agus: la inteligencia no es de los escritores, sino de los lectores ;)


Sucede: cumplió las órdenes hasta el extremo...pobre.


Sibreve: vete tú a saber si eran verdes, rojos, de carne y hueso o incorpóreos ;) Ahí está la clave, en eso y en la sensación terrible de autoenterramiento, buffff.


Torcuato: o un suiciexterminio, en todo caso, con mal pronóstico :s


Rocío Romero: gracis Rocío, me alegra comprobar que el fin del micro se ha logrado. Besos!


Odys 2.0: vaya, la opción robot es nueva ;) otra posibilidad, y lo de la Reserva me pone los pelos de punta ¿eh? Abrazos


Bicefalepena: ¿cenar? ups, no sé yo.


Araceli Esteves: terrible, Araceli, a mí siempre me ha dado pavor!


Su: pues sí, debió de pensar que antes de que no quedara nadie para enterrarle, pues eso, que lo hacía él mismo. Abrazos.


José Antonio Fernández: un personaje que se va borrando de la propia escena en que aparece. Abrazos.

Maite dijo...

Toro Salvaje: experiencia extrema, desde luego!


Elysa: espero que alguien encuentre las respuestas ;)


Cybrghost: ahí, ahí, a ver si son capaces de desenterrarse para venir a decirme porqué no lo hice :p


depropio: la oigo con más frecuencia de la que quisiera ;)


Miguel Baquero: pues espero que estuviera en alguna fosa ya.


Patricia Nasello: eso si sigue vivo ¿no?


Lola Sanabria: no sé, se supone que el último hombre era él mismo ¿o no?


Lila Biscia: muy buena reflexión, excelente lectura, Lila.


Yun: muchas gracias, me alegra que te gustara. Abrazos.


Propílogo: Sí, tiene que ser una sensación asfixiante, en el más literal sentido de la palabra :s Abrazos.

manuespada dijo...

Muy buena idea y muy bien escrito, transmite muchas sensaciones, claustrofóbicas, y hace que te hagas preguntas, como quién da esa orden. Abrazos.

Pablo Gonz dijo...

Buen micro. Tema impactante y forma impactante. Por tanto: impactante.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ

Anónimo dijo...

Provoca cierto repelús esta historia. Dejas muchas cosas abiertas para la libre interpretación del lector y creo que eso le hace más impactante.

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Con este relato me has generado desasosiego. El último hombre enterrándose vivo a sí mismo. No quiero ni pensar en quiénes son los nuevos habitantes del planeta. Como mínimo son tan crueles como el hombre lo ha sido con el resto de las especies. No pinta nada bien. Abrazos, Maite.

Anita Dinamita dijo...

Maite, me ha encantado el relato, ni quiero leer los comentarios. Quiero decirte que me ha parecido muy impactante ese palazo de tierra en boca y manos, tanto que me he tragado un poco. La forma es brutal, al principio te imaginas un enterrador y antes del final piensas ¿y si es el último no debería ser él? y efectivamente, te pega un palazo en la cara. Vale, me repito, es que me ha gustado muchísimo!!!
Un abrazo

Maite dijo...

manuespada: esa era la intención, sumir al protagonista junto al lector en ese mundo asfixiante. Abrazos.


Pablo Gonz: tu comentario también me ha impactado, de lleno, provocando una alegría :D


enmalestado: ese interrogante que todos nos planteamos, el quién, el cómo, el porqué se deja aquí pendiendo de un hilo.


Pedro Alonso: concienzudo análisis Pedro, digno de un lectorcirujano. Gracias!


Anita Dinamita: creo que el texto tiene la extensión justa para que por la mente pase ese pensamiento y casi a la vez sea confirmado como un mazazo de angustia. Espero haberlo logrado. Un besazo.

Stewart dijo...

Qué bueno Maite!!! Me ha sorprendido, pese a que me imaginé un poco el final. No obstante... me surge un duda...

¿Quién le ordena enterrar al último hombre?,

Porque está claro que un hombre no es...

Ay, no he leido los comentarios anteriores, espero no repetirme.

Un besazo.

PD: Si te hablo de cine, como es costumbre... lo vería ambientado en una de Alfred Hitchcock.

Gemma dijo...

Muy bueno, Maite.
Como dice Agus, ese "le mandaron" en plural produce no menos extrañeza que desazón, sin que reste inquietud ni credibilidad al relato. A los mejor -se me ocurre- se lo mandaron las voces que oía de un tiempo a esta parte en su cabeza...
Abrazos

vittt dijo...

sublime

Maite dijo...

Stewart: pues mira que me gusta a mí Hitchcock, es probable que esté influida por la visión de sus películas, el gran Alfred siempre es un referente ;) Abrazos!


Gemma: todo puede ser :D tal vez aparezcan los responsables en otro micro, habrá que estar atento!


vittt: uys, ese es un adjetivo muy superlativo :D Besos

Maite dijo...

Stewart, Gemma y vittt: ya os había contestado, pero blogger decidió borrar los comentarios, así que os dejo aquí de nuevo mi agradecimiento y un besazo a tripartir ;)

Juan F. Plaza dijo...

Es una rueda sin fin de muertes, una especie de Samsara. Me gustó, Maite

Maite dijo...

woody: gracias!! ;)