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jueves, 8 de septiembre de 2011

Microrrelato: DETENIDO EN EL TIEMPO

Todo permanece inalterable en su habitación. Tras la muerte de Laura, cada detalle parece haberse detenido en el tiempo. El perfume sobre el tocador, las fotografías, las cartas y hasta la delicada blusa de seda que quedó sobre la silla tras la última velada. En su habitual recorrido por el cuarto, a Gustavo le llama la atención una mancha, una huella de barro en el suelo. Nadie, que no sea él, entra nunca a esa estancia. El lodo, aún fresco, dibuja en la alfombra el perfil de las botas que ella usaba. Un vuelco al corazón le oprime el pecho, y se le hace un nudo en la garganta. Se escucha un relámpago afuera, mira al cielo y las nubes perniciosas parecen querer dibujar el rostro de una muchacha. Escucha crujir los peldaños, alguien sube despacio por la escalera. El tragaluz le descubre a una anciana que agarra de la mano a un niño que calza las botas de Laura. Entonces la abuela dice: “Gustavo, el niño está empapado, venga, vayámonos para casa”

31 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Vaya con el niño...
Se cargó la resurrección.

Besos.

Luisa Hurtado González dijo...

Me gusta mucho el giro final, todos tendemos a hacer un salto mortal, algo impactante, pero tu has decidido sorprendernos con una imagen potente, tierna, posible y real.
Vamos, un gustazo.

Sol en las alturas dijo...

¡Oh! Vaya final.

Besos.

AGUS dijo...

Sí, coincido con Luisa. El giro final es más realista, pero acentúa la tragedia. También, al mismo tiempo, es metáfora que todo sigue, aunque sea a trompicones.

Abrazos.

Raúl dijo...

Me ha gustado mucho. Subrayo también ese giro final.

Nicolás Jarque dijo...

Maite, me ha encantado el relato de una pérdida de un amor y la no aceptación de la misma. Coincido con que el final es muy potente y da un giro radical al relato, pero yo voy más allá y te pregunto: ¿Es una nueva visión suya de un futuro que podía ser y no es? ¿Es Laura la anciana y el niño su nieto?
Un abrazo.

Anita Dinamita dijo...

Coincido con los análisis de Luisa y Agus, el tiempo está detenido y sin embargo sigue. Has conseguido que se me pare el corazón también un momento hasta que he visto al niño con las botas.
Estupendo, Maite! Te veo con fuerzas
Abrazos

Pedro Alonso Da Silva dijo...

He resoplado con el giro final por el alivio que he sentido tras la tensión creciente que has logrado transmitir en tu micro. Ya estaba viendo un fantasma aparecer por la puerta cuando me has golpeado con una escena de lo más inocente y real. Muy logrado ese altibajo emocional y muy cuidada la prosa con la que lo consigues. Besos.

manuespada dijo...

El final es como un bofe´tón que por un instante te saca de un buceo de descripciones nostálgicas para devolver al protagonista, y al lector con él, a la más dramática de las realidades. Muy bueno.

Unknown dijo...

Poco puedo agregar a lo dicho por mis compañeros. Tu prosa exquisita, tu extraordinario final.
Y la vida, que siempre se las arregla para desentenderse de la muerte.

Un abrazo admirado

Elysa dijo...

¡Qué alivio! con ese giro final, estaba yo ya de la mano de tus palabras embarcandome en una historia de fantasmas y de un golpe genial me colocas en una escena cotidiana y diáfana.
Leo ahora los otros comentarios y veo que hay consenso en ese final de impacto.

Besitos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Tiene mucha fuerza. Yo también me planteo la duda de si la situación final es real o ensoñación.

Nel Morán dijo...

Maite, no cambias. Tu universo está lleno de fuerza e ímpetu. Seguiré saltando cada vez que lea ese final.

Blogsaludos

Maite dijo...

Toro Salvaje: ya sabes como son esos "locos bajitos" :D

Luisa Hurtado González: la sencillez que aplica el niño al final contrasta con el complicado mundo de los adultos. Besos.

Ene: la vida siempre nos sorprende con un final inesperado ;)

Agus: tus lecturas y conclusiones siempre aportan valor añadido. Gracias.

Raúl: muchas gracias!!

Nicolás Jarque: quién sabe, en la literatura...todo es posible.

Anita Dinamita: Ana, las fuerzas me vienen a través de vosotros! Besos

Pedro Alonso: el ritmo inicial trataba de poner una especie de neblina nostálgica, vamos, poner al lector en situación, para después poder transformar ese sentimiento en realidad.

manuespada: ese es el recorrido narrativo que he utilizado. Ya sabes lo que valoro tu opinión. Abrazos.

Patricia Nasello: qué bonita frase, Patri, "la vida, que siempre logra desentenderse de la muerte" o viceversa. Besos.

Elysa: por una vez, y sin que sirva de precedente, parece que todos estamos de acuerdo :D

Cybrghost: ¿tú qué eliges? ;)

Adivín Serafín: y de la mano, yo saltaré contigo :D

Elena Casero dijo...

¡uf¡ el giro final te deja atontado, estás esperando el fantasma y ¡zas¡ el niño.

Elise Reyna dijo...

La originalidad del micro está en la oración final. Saludos.

Javier Ximens dijo...

Pues sí, del dolor que aún no se ha ido al temor-esperanza de que ella esté por allí. Luego el giro al jodio muchacho. Dentro del giro hay un par de palabras claves para mi que aporta esa incertidumbre de si es real o imaginado o aparición. Ese narrador que todo lo sabe usa "anciana" e ir "para casa". No dice claramente si es la abuela (luego habla de una abuela, vale, pero el orden lo marca) e ir para casa ¿qué casa, si ya están en ella? Bueno, que me ha gustado.

Torcuato dijo...

Poco puedo añadir a los comentarios.
Otro micro redondo a la cosecha de Maite.
Besos.

Odys 2.0 dijo...

Heathcliff nunca superó la muerte de Catherine :-)

Besos

Maite dijo...

Elèna Casero: la literatura siempre es capaz de hacer que lo previsible se vuelva imprevisible ;)

Elise Reyna: sin duda, el inicio solo coloca al lector justo donde quiero que esté (o eso espero) :D

Ximens: buena observación, creí que alguien más se haría esa misma pregunta. Fue el punto de fuga que quise darle, yo me preguntaría en realidad ¿quién era Laura? :p

Torcuato: gracias, Tor, siempre subjetivo y generoso conmigo ;)

Odys 2.0: jajaja, cierto. Muy bueno. Abrazos!

vittt dijo...

terror cotidiano. nada asusta más.

Anónimo dijo...

Estoy llorando leyéndote desconsoladamente, conociendo desde hace una hora tus relatos, tu blog, tus maravillosos logros. Apenas puedo escribir. Nunca una hora ha sido tan intensa, tan llena y emocionante ¡nadie ha estado tan vivo...! Lo siento tanto Maite. El dolor cerró los ojos y sólo permitió respirar... Y ahora, que hermoso todo lo que he descubierto y todo lo que he leído.

Tu entrega infinita, tu amor verdadero, tu honestidad y tu corazón... te recompensan y te iluminan. Y estoy lleno de lagrimas de agradecimiento por este destino ¡tan justo!

A todos vosotros: Maite es pura verdad, puro amor intachable y pura entrega.

Felicidades Maite. Un beso, uno más de miles, de Alfredo.

David Moreno dijo...

En este micro la frase final es la clave, aún dicha así como que no quede la cosa. Le da mucha contundencia.

Un inciso (personalísimo), quizá aparece muchas veces el nombre de Laura, se podría haber combinado de otra manera.

Enhorabuena por la selección del micro de Abogados.

Un saludo indio

Maite dijo...

vittt: así es, no hay nada con más sombras que la luz :)


Alfredo: vaya sorpresa, después de tanto tiempo...
Gracias por tus generosas palabras y tus buenos recuerdos. Ten cuidado no vaya a ser que esta gente se crea lo que dices!
Ya ves, la vida sigue girando, y en cada giro nos hacemos nuevos, nos desprendemos un poco de nosotros mismos para ser alguien distinto. Para que no nos pase como al protagonista de este relato, que se queda varado en el tiempo.
Esto que has leído por aquí es una pasión a la que le dedico mucho tiempo y muchas ganas, aunque no pretendo hacer ningún best-seller ;) Me alegra que te haya gustado.
Espero que te vaya todo muy bien. Un abrazo.


No comments: David, tienes toda la razón, no veas lo que lleva raspándome ese tema del nombre ¡todo el tiempo! lo tenía en cuenta, pero no me gustaba ninguna modificación. Lo he cambiado un poco, pero aún así, lo dejo en cuarentena. Gracias por la crítica :)

Lola Sanabria dijo...

Una belleza de relato. Bien cuidado hasta el final donde la esperanza de volver a encontrarla queda truncada.
Me gustó mucho.

Abrazos soleados.

Anónimo dijo...

Maite, permíteme este microrelato, será el primero y el único de mi vida y te lo dedico a ti, con todo mi cariño. Leeré tu blog lleno de orgullo, pero no volveré a escribir en él por que es tu espacio y te pertenece a ti. Aquí va, con un titulo algo extraño que se desvelará al final. Un fuerte beso. Y hasta siempre, de verdad. Gracias Maite por todo :)

Gracias 44. Hola 45

Sumaba 44 vueltas alrededor del sol -girando, recordando, viviendo- cuando una hermosa cometa azul impactó en su nave. Una gran energía azul liberada sacudió una inmensa onda y a sus lomos, con la piedad de un amanecer, recorrió la astronave alterando todo. Acariciándolo. Despertándolo. Iluminándolo.

El destello azul emanó e inundó el universo; bañó planetas, origino vida y atestiguó el infinito. Todo en la nave volvio a quedar presente y expuesto: cada vuelta, cada respiración, cada sueño, cada beso...

Desde el suelo, apoyado y aturdido, lo comtemplaba todo a su alrededor; con sus ojos, con su corazón. Y comenzó a entender. Y a comprender. Y su cabeza comenzó levemente a asentir y su boca comenzó a sonrreir. Con paz.

A la luz azul, las 44 vueltas, las respiraciones, los sueños, los besos, el amor entregado y el recibido y todo su pasado fue mostrado en conjunto como un tesoro. Como su verdadero tesoro. Como la acuarela mas valiosa, la escultura más preciada, la obra más inmensa.

Su vida se mostró ante él. Y lo que vió le hizo sonreir con paz, como sonrrie el alma de un niño, como si hubiese vuelto a nacer. Como si un giro de la vida le hubiese hecho
nuevo. Y se sintio nuevo.

Pero comprendio tanto, que entendio que la vida y los giros no fueron los artifices de ese sentimiento tan poderoso. ¡No! ¡Y mil veces no! El artifice fue su tesoro, su conjunto; cada vuelta acompañado, cada sueño compartido, cada respiración al oido, cada beso dado con amor...

¿Acaso un nuevo giro de la vida podría borrar este impacto? ¡¡¡Nooo!!!

Se levantó del suelo, tomo aire, "agarró" fuerte su tesoro, y con un gesto pausado giró una manilla y una compuerta se abrio.

Un pequeño impulso bastó.

Comenzó a flotar libre en el espacio rodeado por el destello azul. "Gracias 44. Hola 45", pensó.

Alfredo.

Anónimo dijo...

(Veo que has corregido tu primer comentario dirigido a junio del 1967, Gracias por haberlo hecho, de verdad :)

Javier Muñiz dijo...

Hola, preciosas letras van desnudando la integral belleza de este blog, si te va la palabra elegida, l poesía, te invito a mi casa, será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos numantinos...

Claudia Sánchez dijo...

¡Wow, Maite, qué tensión mujer! Hay una nostalgia poética en la historia que me ha dejado acongojada. Y el final, la ha rematado con ese golpe de realidad que nos hace respirar hondo y seguir andando. Pese a todo, seguir andando.
Abrazos,

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Cuando se llega tan tarde a los comentarios, es difícil decir algo que no se haya dicho ya.

Yo me pregunté quién era Laura cuando la abuela dio la orden de volver a casa, pero sólo porque soy curioso hasta lo indescriptible.

Excelente trabajo, Maite. ¡Enhorabuena!

F dijo...

Si hubieras metido un fantasma o un zombie me habrías aburrido, pero ese final es perfecto. Coincido con lo que dice Agus.