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viernes, 9 de julio de 2010

XIAN-LI


Cuando Xian-Li montó en aquel avión, no imaginaba cuánto estaba cambiando su vida. Más de tres largos años había costado materializar la adopción de la pequeña. Tras aterrizar y colocar el equipaje de Xian en su preciosa habitación rosa, casi no se lo podían creer, era suya, al fin, su hija. La primera noche recibió muchas sensaciones extrañas. Cuidados, abrazos, y besos, que aún no identificaba. Cuando su orgulloso padre fue de madrugada a ver si la niña dormía, se llevó una desagradable sorpresa al no encontrarla en su cuarto. La preocupación pellizcó su estómago. Comenzó a buscarla por toda la casa. Al fin, la encontró en la cocina, tumbada sobre las baldosas, sintiendo el reconocible frío y el duro suelo que le acercaban al orfanato en el que tantas noches había pasado. Quién sabe si por sentirse más segura o por no creerse merecedora de algo más cómodo que aquello. Pablo la agarró con sus fuertes brazos y la devolvió con cariño a la cama. Al día siguiente, abrieron todas las ventanas de la vivienda, dejando que el aire fresco trajera, un vendaval de ilusiones.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito, Maite. No siempre el sorpresón final garantiza el éxito. Te ha quedado muy entrañable.
Un abrazo
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Anónimo dijo...

Coincido con Alberto. Es un micro muy sereno que convence por la simple exposición de los sentimientos. Entrañable, respetuoso con la figura de la niña. Un placer de lectura.
Te sigo leyendo.
Un abrazo,
PABLO GONZ

Maite dijo...

Gracias Alberto, así es, yo creo que los micros también son minicuentos, minificción o historias mínimas, reflejos de la realidad hechas literatura. Esa era mi intención.

Un abrazo.

Maite dijo...

Sí, Pablo. A veces me gusta seguir pegada a la realidad, que a fin de cuentas es el escenario en el que nos movemos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Dulce y entrañable. No es necesario andarse con adornos. La realidad, a veces, si se mira con los ojos que se debe, puede estar llena de poesía.

Un beso.

Maite dijo...

Luis: pues este caso es real, y creo que reflejar la realidad, aunque sea bajo el prisma de atrapar al lector, es una misión que no debemos olvidar. Un besazo.