María gimoteaba asustada en mitad de la noche. Susurraba entre sollozos que la dejara en paz, que se fuera de allí. Su marido, en el cuarto adyacente, dormía ajeno a la escena que se estaba produciendo a unos pocos metros de él. De repente, un pequeño grito lo puso alerta. Con los ojos abiertos y la mente aún somnolienta pudo percatarse de que ella no estaba en el lecho. Al instante aguzó el oído. Observó el haz de luz que salía bajo la puerta del baño, que indicaba ese era el lugar en el que se encontraba la indefensa María. Atento escuchó la voz de su mujer suplicante. Miró a su alrededor buscando algún objeto contundente con el que defenderse. Apartó el pintalabios caído en el suelo y agarró con fuerza un zapato, blandiéndolo en alto. Con tiento abrió la puerta y sin mediar palabra asestó un zapatazo a ese ser repugnante. Se arrodilló y abrazó con mimo a su esposa que aún temblaba. Ella sólo acertó a decir: -Ya sabes el pavor que tengo a las cucarachas.
16 comentarios:
Muy bien llevada la intriga. Se engancha uno a seguir leyendo.
Enhorabuena, Maite.
Un abrazo.
Muy bueno Maite, ser capaz de poner toda esa intriga en una cucaracha es digno de elogio.
Un saludo
Alberto Flecha: nunca se sabe quién está al otro lado de la puerta ;-) aunque te enseñe la patita por debajo de ella, como en el cuento de los cabritillos.
Anónima Mente: Pues muchas gracias por tu comentario y el elogio que conlleva. Un abrazo.
Sí, bien, pero prefiero los finales menos evidentes, más insinuados.
Un abrazo.
Me gustó Maite. Viene difícil el concurso, eh?
¡Suerte!
Víctor: esa era una posibilidad, insinuarlo, hubiera sido fácil con tan sólo decir que quedo aplastado sobre la baldosa, pero quería que quedara perfectamente claro que el ser repugnante era una cucaracha.
Claudia Sánchez: sí que viene difícil, como todos, porque hay grandes textos, pero cada concurso supone un reto y un poco de práctica. Me gusta "jugar" con las reglas que imponen y ver qué producto sale con ello de mi imaginación.
No hay que quitarle mérito al héroe: las cucarachas dan un repelússssss...
A pesar del terror de la protagonista, a mí me ha resultado un texto muy simpático.
Un abrazo.
Chula: ni se me ocurriría quitarle mérito al héroe, yo soy incapaz de enfrentarme a un insecto que es capaz de sobrevivir a una disección de su cabeza, puajjjj. Un abrazo.
Lograste que entrara en tu ficción, que viera el desarrollo de la trama. Muy buen final.
Saludos!
Pues entonces objetivo cumplido, Patricia. Gracias por comentar.
Buen final, sorprendente y sin traición.
Saludos,
Hansel/Norberto
Norberto/Hansel: pues que conste en acta que este relato se lo debo a unos buenos amigos mios Uruguayos que fueron fuente de inspiración :-D
Nunca imaginamos que algo que hemos vivido fuera tan bien logrado como en este relato y hubiera sido motivo de inspiracion para un cuento. Felicitaciones
Selvita!! Hugo!! qué inmensa alegría veros por aquí. Ya habéis podido comprobar que no se me puede contar nada, jajajaja, que lo hago público sin dudar. Un beso enorme desde este otro lado del mapa.
Publicar un comentario