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miércoles, 23 de marzo de 2011

PROMESAS INCUMPLIDAS

El tío César prometió llevarme a ver a papá pronto. De eso ha pasado ya mucho tiempo y yo cada vez tengo más ganas de verle. Le echo tanto de menos, aunque mi hermana Esther, parece haberle olvidado. Cuando le digo que el tío César me dio su palabra, ella me mira con cara cansada y, hablándome con desprecio, me suelta: –Enano, tú eres demasiado pequeño aún para entenderlo. Todo el mundo es amable en los funerales- Y ahora que lo pienso, ella tiene razón, yo, no lo entiendo.

30 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

El Enano tiene la tragedia pendiente.
Pobrecillo.

Besos.

Puck dijo...

No se debe prometer lo que no se puede cumplir :-( Saludillos

Ángeles Sánchez dijo...

Qué triste, es mejor decir la verdad, que los niños no son tontos y encajan las cosas de manera que a los adultos nos sorprende.

Un abrazo

AGUS dijo...

La incomprensión de la muerte desde la mirada infantil se resume muy bien en esa última frase en la que juegas con el doble sentido del verbo "entender": "Y ahora que lo pienso, ella tiene razón, yo, no lo entiendo". Ahí, es donde el niño ya ha dado el paso, sabe realmente que le ocurrió al padre y aún así, como nos pasa a nosotros los adultos, sigue sin entender nada. Genial, Maite.

Abrazos.

Torcuato dijo...

Ya lo entenderá...o quizá, se planteé más preguntas aún.
Besos, Maite.

Claudia Sánchez dijo...

Uff! Aún tardará en entenderlo y más en aceptarlo.
Muy bueno Maite.
Besos,

Anita Dinamita dijo...

Qué difícil! Maite el relato es muy bien, cuidas cada detalle, cada coma está puesta con una intención, cada palabra, y la última, ya sabes, se sale. Lo he tenido que leer dos veces para entender ese "yo, no lo entiendo". Si te digo la verdad, yo tampoco lo entiendo, los padres no deberían irse tan pronto.
Un abrazo

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Un texto trabajado con delicadeza que se cuela, de la mano de la inocencia infantil, en el rincón de los sentimientos dolorosos. Siempre es agradable leerte. Un abrazo.

Sibreve dijo...

El micro demoledor, y como dicen por ahí, no prometas a un niño lo que no puedas cumplir, tío Cesar, mamoncete...

José Antonio Fernández dijo...

Me ha gustado. Esa inocencia infantil!! Es una pena perderla, con el tiempo nos hacemos bastante más retorcidos.
Un abrazo.

David Figueroa dijo...

Nunca prometas lo que no puedas cumplir, hace mucho daño a los niños. Tiene mucha miga este micro, me gustó.
Abrazos.

marialuisa dijo...

Ya lo entenderá!!! pobrecito jeje

un beso

Unknown dijo...

La hermana mayor ya le explicará que él puede ver a su papá cuantas veces quiera buscándolo en su corazón.

Preciso y tierno, un gusto de micro, Maite.

Abrazos

Susana Pérez dijo...

Vaya... perfecta perspectiva de la muerte desde la infancia.

Sólo falta que los adultos aprendan y enseñen a afrontarla de otra manera.

Besos

Elysa dijo...

Desde la altura de un niño es difícil entender la ausencia que trae la muerte, aunque de alguna manera ellos siempre encuentran mecanismos para asumirla, en esa frase final ya está empezando.

Como siempre un placer leer tu micro.

Besos.

Anónimo dijo...

No se, pero yo tampoco entiendo el final como todos, lo que me llega es que el niño, con su "yo, no lo entiendo" no es que se plantee el porqué de la muerte, lo que yo creo es que el niño sigue sin entender el porqué su tio no le lleva a ver a su padre. Siempre admiro la sencillez infantil, la naturalidad, la lógica, lo simple... quizás lo que nos hace falta para entender el mundo, la vida. Los adultos si que no entendemos.

Muchos besos, simples pero reales

Juani

Maite dijo...

Toro Salvaje: es cierto, aún tiene que pasar el duelo el pobre. Un abrazo.


Puck: a más de uno habría que aplicar tu reflexión :s


Angeles Sánchez: ahí te doy toda la razón, a veces los protegemos demasiado y anticipamos su debilidad, cuando lo real es que son mucho más fuertes que nosotros, los que nos consideramos adultos.


Agus: no sé si él ha llegado a entenderlo del todo, pero lo que sí es cierto es que he querido darle ese doble sentido, el tío no cumple sus promesas, y su padre no está, y ambas cosas, no las entiende. Besos.


Torcuato: seguro que hace tiempo que ya se está planteando muchas cosas, es lo que tiene ir dejando poco a poco la niñez.


Claudia Sánchez: sí, creo que ese es el camino, entender, aceptar y continuar. Abrazos.


Anita Dinamita: desde luego, Ana, eso sí que es antinatura. Abrazos grandes.


Pedro Alonso: y siempre es agradable recibir tus comentarios, Pedro. La inocencia de los niños da mucho juego, pues nos dan la posibilidad de escribir la dureza con una simple e inteligente ingenuidad, en definitiva, dulcificarlo.


Sibreve: lo que uno aprende de pequeño es vital para la posteridad, si a uno no le cumplen las promesas... Abrazos.


José Antonio: y tanto que retorcidos, más que el rabo de un cerdo :D Fuerte abrazo

Maite dijo...

David Figueroa: y podríamos decir que nunca hables si no tienes nada que decir. Los niños son lo más delicado que tenemos. Abrazos.


marialuisa: no sé si nunca llegará a entender que su padre se haya ido tan pronto :(


Patricia: precioso y tierno es tu comentario. Lo guardo porque seguro que en algún momento me vendrá bien. Besos.


Su: tal vez debamos de aprender primero los adultos a afrontarla de otra manera. Abrazos.


Elysa: te aseguro que el placer es tener lectoras como tú que saben sacarle tanto juego a una lectura. Un fuerte abrazo.


Anónimo: Juani, yo siempre digo que esta es la magia de los microrrelatos, cada uno lee lo que ve, lo que entiende o incluso lo que quiere, pero por regla general siempre hay un doble sentido. En esta ocasión esa frase lo tiene, no entiende que dos de sus mayores queridos le hayan "fallado" uno no cumpliendo y el otro desapareciendo sin aviso demasiado pronto. Tu lectura es tan válida como cualquier otra, porque has hecho el micro tuyo, y de eso se trata. Besos.

Kum* dijo...

y... mi querida Maite, ¿quién entiende a los mayores?

Besos sobreentendidos.

Lola Sanabria dijo...

Buena, esta visión de niño de mirada transparente que aún no sabe de convencionalismos.

Mil abrazos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Yo creo que el enano es capaz de asumir la muerte con mucha más naturalidad que los mayores.

Maite dijo...

Kum*: esos son los más difíciles de entender, no hay por dónde cogerlos. Besos bienintencionados.


Lola Sanabria: aún no los sabe, pero me parece a mí que los sosprecha. Abrazos mil.

Maite dijo...

Cybrghost: el enano tiene muchísima más fuerza que los que hemos abandonado la influencia de la inocencia infantil. Besos

Antonio Eme dijo...

Ya lo decía el amigo Jota. Las promesas que no puedes mantener...
En cualquier caso, situación dificil donde las haya.
Me ha gustado Maite, como me gusta siempre pasar por tus historias ;-)
Abrazos cuánticos¡

manuespada dijo...

Muy buena mirada, consigues situarte en la cabeza confundida del niño, que parece perder de repente la inocencia con la actitud de su tío y la frase de su hermana, que le abre los ojos, porque es la vida aparte de la verdad y la mentira están los convencionalismos sociales. Cuando sea adulto, él mismo se verá soltando mentiras piadosas a un niño. Besos, Maite.

Maite dijo...

Antonio M.: siempre, como adultos, nos ponemos barreras e impedimentos como si estuviéramos en un estrato superior, en lugar de hacer las cosas con más naturalidad. Ya sabes, la soberbia del hombre adulto prevalece sobre la inconsciencia del adolescente y la inocencia del niño. Besos.


manuespada: es como si hubiera un click en su vida, pasando a otro nivel de entendimiento o incluso de incomprensión, eso que muchas veces es la vida. Así es, pronto le darán el carnet de adulto y se podrá permitir una serie de faltas que ahora le son castigadas. Besos, Manu.

vittt dijo...

la primera fila de los funerales es la que duele.

Maite dijo...

vittt: esa, esa es la que más en duelo está

bicefalepena dijo...

El tío César tiene la llave de la caja de Pandora...

Un abrazo admirado.

Maite dijo...

Bicefalepena: o de la caja de los truenos ;) Un beso