Como la mayoría de la población en los últimos tiempos, Raymond había perdido toda esperanza. El escaso capital ahorrado pronto sería inexistente. Recostado sobre el raído colchón del motel, meditó sobre la mejor táctica de supervivencia. No lograba dormir, se habían terminado las quimeras, y sin éstas, resultaba imposible conciliar ningún sueño.
Los ciudadanos vagaban por las calles, unos sonámbulos, otros, simplemente desesperados. Entonces fue cuando decidió crear una fábrica de sueños, una factoría de ficciones sin impuestos, ni aranceles. Los libros repoblarían las baldas, el arte pintaría las aulas y los poetas, con sus versos, llenarían de poemas las almas. Una noche, soñó que se despertaba, le habían cerrado la fábrica.
22 comentarios:
"Que toda en la vida es sueño y los sueños sueños son..."
¿Y qué sería de nuestra vida sin sueños, sin anhelos, sin quimeras, sin esperaza...? ¡¡Quiera Dios que nunca despertemos!!
Me ha encantado la descripción de tu mundo de los sueños. Yo, en una de esas baldas, colocaría sin duda un ejemplar firmado por ti de puño y letra.
Un beso.
Siempre es una apuesta muy arriesgada partir de lo real, ir a lo fantástico y cerrar con algo tan real que pueda parecer a todas luces fantástico. Y lo has hecho sin fisuras, de forma impecable. El micro es muy inquietante porque con el cierre de la fábrica deslizas la posibilidad de prohibir, acotar y legislar desde nuestro mundo real los mundos de ficción. Y no te creas que es un fenómeno apocalíptico. No, no, ya ha pasado. Hace unos días saltó la noticia de varias denuncias por fumar en representaciones teatrales. Y la compañía fue multada. Es decir, el Estado legisla y multa nuestros mundos de ficción. Gracias Maite por el texto y la reflexión tan profunda que lleva implícita.
Abrazos.
Ese final... me hace pensar en lo duro de las circunstancias de Raymond y, por extensión, "de la mayoría de la población en los últimos tiempos". Esta condenado, como todos, a vivir en el mundo real, donde dos fábricas han cerrado, aquella en la que ganaba su salario mensual y aquella otra en la que, dormido, fabricaba sueños.
Me gusta como logras ese ir y venir entre fantasía y realidad que comenta Agus.
Es tentadora la idea de fabricar ficciones... supongo que por eso estamos aquí.
Un abrazo.
Mientras haya leyes...
Me gustó pero me faltan referencias.
Besos, Maite.
Espero que los sueños no se terminen nunca, sigamos creándolos.
Me encanta Maite, precioso
Un beso
¡Qué regrese al sueño! Es la lucha diaria: nosotros con nuestras ilusiones por un lado y la realidad con su gran garra por otro. Aunque debemos reconocer que a veces es un día tan bonito, o alguien nos sonríe, o recibimos aquella carta, o... Y el despertar es agradable.
¡Me encantó!
Un abrazo Maite
Muy bueno Maite.
Aunque cierren la fábrica lo sueños seguirán, escritos, pintados, tallados, en el aire.
Un abrazo
Menos mal que sólo fue un sueño, ufff.
Besos
Hizo lo mejor que podía hacer.
Esta la calle muy mal.
De verdad.
Besos.
Me da a mi que ha hecho un ERE....
Hermoso y triste a la vez. De la realidad a la ficción y con último giro otra vez nos devuelves a la realidad.
Excelente micro.
un beso
Anónimo: ya lo decía D. Calderón ;) siempre hay un sueño que soñar, y eso que tú dices es una utopía!! Besos
Agus: tus palabras me causan tanta alegría que...me parece estar soñando :D Da gusto escribir y que el lector se tome tanto tiempo en analizar, comentar y además...coincidir en criterio con el autor/a. Besos.
Pedro Alonso: sí, creo que por aquí todos somos un poquito Raymond, poniendo nuestras fábricas de ficción a funcionar. He querido, efectivamente, fusionar la cruda realidad con la necesaria necesidad de soñar, probablemente solo para sobrevivir. Te envío abrazos repletos de sueños por cumplir.
Torcuato: mientras nuestros sueños choquen con la realiadad, que eso es la mayoría de las veces. Puedes tomar como referencia a Calderón de la Barca ;)
Anita: de eso se trata, de impedir que nadie nos robe los sueños. Mil besos.
Patricia: hay que luchar contra viento y marea para lograr que se hagan realidad los sueños. A por ellos!! Un beso.
Bicefalepena: siempre podremos ir a tu fábrica a por ellos :D
Su: los sueños siempre perduran por encima de las desgracias. Besos.
Toro Salvaje: sí, está la cosa muy malita, puffffff.
Depropio: o es eso o ha hecho un REM que debe ser la regulación de empleo de la memoria :p Abrazos!
Elysa: para mí así es un poco la vida, golpes de sueños que casi tocas con los dedos y golpes con la realidad, mezclados, hasta que alguno se cumple y parece que pruebas la felicidad, hasta que algo te vuelve a poner con los pies en el suelo. Como a Raymond. Besos.
Has creado un mundo muy Ray Bradbury, en el que en lugar de quemar libros, se cierran fábricas de sueños. ¿Dónde está la dureza de lo real y dónde lo fantástico que nos hace más fácil lo real? Fantástico (y real) y fantástico. Besos.
Un buen juego onírico, muy bien escrito, Maite. Me gustó.
Besos.
Me encantó, Maite. Destaco el ambiente catastrófico: lo imaginas y traduces muy bien.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
También llegó la crisis a esta fábrica de sueños. Hermoso micro.
Besos a pares.
manuespada: anda que no me pones tú el listón alto!! el Sr. Bradbury nada más y nada menos ;) En esa neblina entre realidad y ficción, cuando no sabes muy bien en qué campo te estás moviendo, es donde me gusta caminaar. Abrazos!
David Figueroa: gracias, David, siempre he sido algo soñadora :D
Pablo Gonz: es cierto que me imaginé toda la escena y después trate de reflejarla tal cual había parecido en mi imaginación. Abrazos somnolientos.
Lola Sanabria: hay males que tienen las garras muy largas y alcanzan todos los terrenos, incluso los que están fuera de la realidad. Besos.
El sueño dentro del sueño... ¿metasueño? No estaría mal una fábrica así en los tiempos que corren
Abrazos
woody: y tanto!! no vendría nada mal una fábrica de sueños. Eso que has dicho de un sueño dentro de otro sueño me ha sonado a la película "Origen" Besos
me encantan los cuentos que me ponen las tripas del revés.
vittt: hay veces que es bueno que a uno le revuelvan las tripas, eso significa que se está vivo.
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