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lunes, 14 de febrero de 2011

NEUROSIS CRÓNICA DE UN PERFECTO SINCOPADO

Avelino estaba deseando morirse, por aquello de saber cuánto le querían sus allegados y amigos. A días se tiznaba la cara de blanco, vestía el mejor de sus trajes y se tumbaba en la cama, con las manos entrelazadas sobre el vientre y los ojos cerrados, a la espera de escuchar los llantos afligidos de los que le amaban. Una vez, Don Pascual, al salir de la sacristía, lo sorprendió tumbado en el suelo, cual largo era, al pie del altar. Allí lo encontró acomodado en la característica postura de brazos cruzados y palmas extendidas sobre los hombros, aguzando el oído para hacerse a la idea de la cantidad de toses y siseos que escucharía, y que le dejarían adivinar el número exacto de personas asistentes al funeral. En su último cumpleaños, Avelino sopló tres velas, y después, se hizo el muerto.

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo estoy viendo, malpintado de blanco y lleno de pegotes, con los ojos forzadamente cerrados, los párpados temblorosos y los oídos bien abiertos... Achuchable.
Pero para achuchable vos, señorita.
portxierto!! que ayer se olvidaron de tu Goya a la mejor amiga en el mejor sábado en mucho tiempo.
Milbesosyunomás.

Anita Dinamita dijo...

Leí de un hombre que se iba a morir pronto y organizó un funeral en vida, para que sus personas allegadas pudiesen decirle, estando vivo, todas aquéllas cosas bonitas que se escuchan en los funerales.
Me pareció maravilloso, como me parece tiernísimo este Avelino.
Un abrazo Maite

AGUS dijo...

Me encantó la historia, el título, la forma de contarla y la prosa elegante y extremadamente cuidada. Pero, y esto debe ser mi torpeza de lunes, se me escapó un poco el final. Esperaré comentarios posteriores.

Abrazos.

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Me gusta la atmósfera de comunidad rural que transmites en este relato y ese final abierto, donde "último" puede significar tercero o definitivo. De cualquiera de las dos maneras siento pena por Avelino, un niño de tres años que necesita hacerse el muerto para comprobar lo querido que es, tiene que ser un niño con carencia de cuidados y muestras de cariño. Un abrazo.

David Moreno dijo...

Lo entendí como Pedro pero me parece un poco excesivo para un niño de 3 años, y por eso, me quedé un poco bloqueado. Hasta ahí, muy bueno.

Un saludo indio

Juan F. Plaza dijo...

Muy bueno el giro final, Maite. Haces un poco de trampa al lector (lícita, creo yo) con el nombre del niño para luego sorprendernos.
Bss

Unknown dijo...

Creo que has hecho una historia intencionadamente ambigua ¿Es un niño de trs años? ¿Cómo es posible que deseara morirse a los dos?
¿Son los tres velones que acompañarían al féretro? ¿Por qué no sopla el cuarto? ¿Porque Pascual, que se acercó, simboliza la vela que quedaría encendida?

Me gustan los micros que abren debate, también yo espero los próximas comentarios

Un abrazo.

Maite dijo...

Anónimo: gracias por las lisonjas :D Hoy vengo corriendo porque se está organizando por aquí un motín microrrelatista, que me están haciendo unas interpretaciones raritas, raritas... Jejejeje. Besos.


Anita: por tu comentario creo que eres la única que ha "pillado" las claves que había puesto en el micro. Esta historia es muy parecida a la que tú rememoras aquí. Mi Avelino, además, no encuentra el momento de morirse, y descubrir lo que siempre le ha importado, lo que piensan los demás de él. Tanto es así, que el pobre se hace muyyyyy longevo. Besos.


Agus: ay, Agus, qué disgusto, ¿así que tú tampoco lo has entendido?, pues como tú bien dices, la culpa no es de la pulga, si no del domador. El final puede tener varias interpretaciones, tal vez se hizo el muerto tantas veces que ...


Pedro Alonso: ya le gustaría al pobre Avelino tener sólo 3 añitos, unos pocos más que tiene el hombre, unos pocos más :D


No comments: no me extraña que te pareciera excesivo, David, nada más lejos de mi intención de hacer creer que un niño de 3 años puede tener ya formada tal necesidad de aceptación. ¿Quién ha dicho que tiene tres años? Yo solamente he dicho que son tres velas...


woody: no, no he hecho trampa, precisamente el nombre es de alguien...mayor. Tal vez el error está en que en mis tartas de cumpleaños las velas tienen numeritos, es decir, las tres velas significarían 3 digitos. Besos.


Patricia: ay madre la que se ha liado!! y que bello que cada uno lleve una lectura hasta tales extremos, me maravilla, un súper beso, Patri.

Elysa dijo...

Me chocó lo de las tres velas, pero me quedo con que es un anciano. Efectivamente es algo neurótico por querer saber cuantos le iban a echar en falta.
De todas maneras le seguiré dando vueltas.

Besos

Torcuato dijo...

Pasándome como a la mayoría de los comentaristas he intentado rebuscar y me he ido al título. Crónica, síncope.
Luego la frase final. Último cumpleaños.
Todo parece que al Avelino le da un síncope en su cumpleaños y estira la pata. La familia cree que, como siempre, está actuando.
Lo que no me cuadra es lo de las tres velas.

Un beso, Maite.

AGUS dijo...

Vale Maite, ahora sí, perdona mi torpeza. Te decía que se me escapaba el final porque estoy acostumbrado a que no dejes un hilo suelto. Todas las piezas encajan a la perfección. Pero ahora me quedo con la idea de perseguir algo y no encontrarlo, de ese querer morirse contra natura, de esa venganza implacable de la naturaleza, y de lo triste y solitaria que podría ser la inmortalidad.

Un abrazo y disculpa.

Miguel Baquero dijo...

El final lo trastca todo, al tratarse de un niño. ¡Muy bien giro! Y es verdad, cuántas veces de chaval no se nos ha pasado por la cabeza la idea de morirnos para ver cómo reaccionan los demás.

TORO SALVAJE dijo...

Ya he leído tus explicaciones y ahora lo entiendo correctamente.
Al principio me quedó la duda de si te referías a un niño con mentalidad de viejo.
Veo que no.

Besos.

Maite dijo...

Elysa: tal y como está el tema, creo que yo también le voy a dar vueltas ;)


Torcuato: todas las piezas encajadas, las tres velas intentaban ser tres digitos, pero estoy viendo que o lo cambio o sigo dejando que la gente especule ;)


Agus: era bromita, siempre eres tan certero que te exigimos el doble ;) La torpeza (es más que evidente) ha sido mía, a lo mejor tenía que haber puesto solamente velas, pero quería que se viera, como tú bien apuntas, esa especie de eternidad del hombre, tal vez como castigo a ese deseo de muerte. Un besazo!!!!!


Miguel Baquero: cada uno elige su final ;) que para eso una lector se adueña de una lectura en cuantito posa sus ojos en ella.

Maite dijo...

Toro salvaje: cuando hay que explicar tanto un relato, es que hace aguas, lo echaremos al cajón de los desastres ;)

Anónimo dijo...

Jamás hubiera pensado que se trataba de un niño. Zapatazo en la frente, desde luego.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Lo siento, Maite, no entendí lo de las tres velas y de ahí toda la confusión. Aclarado el dato, mi pena se disipa. Avelino ya ha disfrutado, neuróticamente o no, la vida. Un abrazo.

Stewart dijo...

Maite... muy buena la historia, Avelino, ya centenario erre que erre con la historia de morirse en vida a ve qué pasa...

Mi duda es... Su último cumpleaños es porque aún no ha llegado el próximo o porque se hizo el muerto y le salió bien???

Siguiendo con los símiles cinematográficos, es una historia muy Almodovariana, por el contexto rural digo, aunque le pegaría más si fuera Avelina...

Un abrazo.

Maite dijo...

pablogonz: ;) yo tampoco lo hubiera pensado. Gracias por pasarte, Pablo.


Pedro Alonso: ey, pues me alegro un montón de ver tus penas disipadas, cierto es que Avelino ha disfrutado de su vida, otra cosa es como haya elegido vivirla ¿verdad? Un abrazo.


Stewart: para mí, tu duda es lo más importante del relato, ahí está la clave, hasta los lectores no terminamos de saber si estará realmente muerto o no, así que fíjate los vecinos...con la de veces que lo ha fingido ;) Besos

Javier Muñiz dijo...

Hola bello blog,preciosas entradas,si te gusta la palabra en el tiempo, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen martes, besos encantados..

Manu Espada dijo...

La verdad es que cuando uno se muere le quiere todo el mundo, así que no sé si es un buen método para comprobar si la gente te quiere (lo de morirte), pero el texto me ha gustado mucho, muy bien ambientado.

Maite dijo...

Don vito: gracias por tu visita ;)


manuespada: Manu, pues no lo tengo yo tan claro eso, sí, todo el mundo habla bien del finado, pero hoy mismo he visto en las noticias la cantidad de gente que ni siquiera es reclamada por familia o amigos y se entierra en soledad. Avelino no quiere saber si le quieren, si no CUANTOS le quieren ¿tú no te has preguntado nunca cuánta gente iría a tu funeral? yo si (vale, soy rarita) Cuando uno es joven, la iglesia se le llena, pero cuando es mayor... depende. Besos.

Manu Espada dijo...

Cierto, no lo había pensado así, Maite. De hecho leí el otro día que cada vez más gente dona el cuerpo a la Ciencia porque no pueden pagarse en entierro (ni nadie se lo paga). Me has hecho pensar un rato.

Maite dijo...

manuespada: por ahí iban más los tiros del origen de este micro, aunque de tanto darle vueltas al coco, a veces se me desvirtúan las ideas!!! Me alegra haberte hecho pensar, besos.

Un tipo dijo...

Me encantó la narrativa en este cuento. También me "frikié" al final, creí que se trataba de un niño pero igual y no terminó de soplar por morirse. Eso sí, el método es infantil. Deberían existir empresas dedicadas a estas investigaciones, jajá.


Saludos.

Maite dijo...

Un tipo: ¿sabes lo que te digo? que has tenido la mejor visión de todas, sopló las tres primeras velas, se hizo el muerto, y nunca pudo soplar el resto. Un beso grande, Edgar!!

vittt dijo...

bien merece desear escribir un cuento como este al soplar las velas. sin exagerar.

Maite dijo...

vittt: eso, sin exagerar. Un beso.