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miércoles, 5 de octubre de 2011

Microrrelato: CONTANDO LAS HORAS


Son las doce horas, un minuto y quince segundos –digo mientras avanza la manecilla del segundero. Dieciséis, diecisiete… -continúo contando. Palpo el bolsillo de la camisa, desabrocho el botón y saco su fotografía. Me recompongo en seguida, llorar no es de valientes. A las doce horas y treinta minutos se oye el ulular de un búho. Sesenta segundos después se escucha por tercera vez la consigna. La emboscada les pilla por sorpresa; todos caen muertos. Son las dos de la madrugada –calculo mentalmente-. Entre los juncos vislumbro el destello de mi reloj. Con gesto disimulado le indico que corra; al menos éste se salvará –susurro para acallar mi conciencia.

19 comentarios:

Mar Horno dijo...

Buen micro Maite. Hay determinados actos que nuestra conciencia no logra acallar nunca. Un beso.

TORO SALVAJE dijo...

Acallar esa conciencia es misión imposible.
Al final gritará.

Besos.

Odys 2.0 dijo...

Es un micro abierto a múltiples interpretaciones... Quizá demasiado abierto para ReC, donde los relatos son leídos en antena y quizá requieran una mayor concreción.

En cualquier caso, a mí me gusta :-)

Besos.

Javier Ximens dijo...

El relato me supera, no le pillo la esencia. Problema mío, seguro.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

¡Cuanto misterio encerrado en tan poca linea!. Me gustó mucho.

Susana Pérez dijo...

Al menos al final escuchó su interior.

Abrazos

AGUS dijo...

Coincido con Odys. Muchos puntos de fuga que abarcan una gama infinita de interpretaciones, desde la más inocenta hasta la más trágica. Me gustó. Lástima.

Abrazos.

Elysa dijo...

Una frase sobre la que has construido un micro con infinitas interpretaciones por parte del lector.

Besitos

Simbiosis dijo...

Hola por casualidad me tope con tu pagina, y vi que también participas como yo en el concurso de micro relatos. Lo he leído, y me parece que has sabia salio muy airoso de esa frase tan peculiar en hora buena.
Si te apetece ver mis relato te dejo mi dirección, un placer http://todoactivo.blogspot.com/
Manuel .cas

Nicolás Jarque dijo...

Maite, a veces las guerras sacan lo peor de las personas. Se interioriza esa idea tan macabra de él o yo, y pasa lo que pasa. Aunque como somos humanos siempre hay lugar para la conciencia.
Me gustó el relato porque indica eso mismo que digo.
Un abrazo.

vittt dijo...

tic-tac el corazón delator.
me encanta.

Raúl dijo...

Pero bueno de verdad, Maite.

Anónimo dijo...

Veo que participas en el concurso de la Cadena Ser, yo es la primera vez que me presento.
No me queda claro si acalló la conciencia.
Suerte.

Maite dijo...

Mar Horno: es cierto, Mar, a veces le ponemos parches, claramente insuficientes. Abrazos.


Toro Salvaje: indudablemente, estoy de acuerdo contigo, o grita o es que está muerto -aunque sea en vida- Abrazos


Odys 2.0: puede que tengas razón, Alberto, aunque a mí no me parece tan abierto, pero es cierto que para leerlo en antena tal vez sea un poco rebuscado.


Ximens: el éxito o fracaso de una lectura siempre es culpa del autor, eso seguro, la esencia es el horror de la guerra y como con salvar a uno ya queremos acallar nuestras conciencias.


Cybrghost: gracias Cyb, aunque la verdad es que pensé que el micro era más claro de lo que aparentemente está siendo :s


Su: digamos que al menos quedaba algún resquicio de humanidad dentro de sí mismo. Besos.


Agus: ya sabes que tiendo a dejar la puerta siempre abierta, nunca sabemos qué lector va a llegar hasta nuestra casa :) Lástima de humanidad, si.


Elysa: bueno, pues parece que gana puntos la libre interpretación, espero que al menos llegue a algún puerto :)


Simbiosis: pues agradezco el topetazo :) espero que tropecemos asiduamente por estos lares.


Nicolás Jarque: lo has calcado, Nico, esa es la esencia del micro. Gracias!!


vittt: el corazón siempre acaba dándonos un tirón de orejas, ay!


Raúl: muchas gracias :D me alegra mucho que te haya gustado


Anna Jorba Ricart: yo es la ... ufff, ni me acuerdo cuantas veces me he presentado, pero les dejo el honor de ganar a gente tan buena como Agus, Manu, Rosana, Alberto...
A mí, tampoco me queda claro, Anna, aunque sinceramente, espero que mi personaje tenga una conciencia más profunda que la que se limpia diciendo "bueno, al menos salvé a uno" Gracias por venir. Abrazos.

manuespada dijo...

Veo en el micro un poso de traición del protagonista a sus compañeros, no sé, quizá me equivoque, pero me ha gustado mucho el ambiente en cualquier caso.

Javier Ximens dijo...

Maite, eso sería si casi nadie le entendiera. Pero en este caso, y no pasa nada, el lector por las circunstancias que sean no llega a captar o apreciar el mensaje. Yo creo que eso es lo bueno de la literatura, te hace pensar, y puedes comprender o dudar. En este caso no entiendo porque no coge el reloj. ¿Está herido? ¿Es el emboscador emboscado?

Maite dijo...

manuespada: seguro que los compañeros lo consideran una traición, salvar a un enemigo en época de guerra no está muy bien visto, curioso ¿no?


Ximens: a veces el texto puede tener su propio misterio. En este caso el protagonista probablemente haya regalado su reloj a uno de los enemigos para que pueda huir, venderlo, sobrevivir, y con ese gesto le avisa de que es el momento de correr e intentar salvarse como único superviviente de la matanza. Aliviando de este modo su maltrecha conciencia. Esta podría ser una lectura, ahora, como siempre, que cada lector haga la suya.

Torcuato dijo...

"...susurro", muy acertado el verbo de la frase final.

Maite dijo...

Torcuato: gracias, Tor, me encanta cuando os fijáis en los detalles.