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viernes, 25 de febrero de 2011

HOMEOSTASIS ARQUITECTÓNICA

Era día de mercado y las calzadas se veían atestadas de gente. Las bandas rivales merodeaban por los alrededores, dejando claras las consignas; más valía respetar su territorio o deberían de atenerse a las consecuencias. Sin saber muy bien cómo, ni de dónde partió la disputa, en pocos segundos se armó una de las muchas trifulcas que alteraban la calma. Los golpes atravesaban mandíbulas y el género volaba sobre sus cabezas. De pronto, un hombre salió de un oscuro callejón al grito de: -¡Ya basta, la calle es de todos!

Al instante, los que habían presenciado la escena, quedaron mudos ante el imperativo del desconocido. Él, con voz firme y autoritaria clamó de nuevo: -¡Que cada uno coja su trozo!

Extrañados, vieron la calle desgajándose en porciones. Cada una de las personas allí congregadas, agarró la pieza que le quedaba más cercana. El misterioso caballero volvió a hablar, en un tono más conciliador esta vez, exhortándoles a construir algo todos juntos. Obedeciendo el mandato, abandonaron el recinto del mercado en dirección al Parque de Oriente. En silencio, avanzaron en procesión hacia la plaza, lugar en el que comenzaron a colocar en orden los fragmentos que portaban. Al cabo de largas horas, retrocedieron unos metros, ante sus ojos apareció su obra, hermosa y monumental. En medio de aquel alborozo, decidieron retirarse a descansar. Al día siguiente, cuando fueron a la plaza, la basílica aún seguía ahí.


Relato presentado a concurso "La Calle es de Todos" sobre Zaragoza.




25 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Fraga decía que la calle era suya.
Hubiera tenido problemas con el desconocido.

Besos.

AGUS dijo...

Detrás de este texto realmente sorprendente veo – igual es un espejismo – las últimas revoluciones acontecidas en Egipto y ahora en Libia. Desde ese fondo, construyes una metáfora de lo que significa el concepto de crisis como cambio. La deconstrucción de la calle y la construcción de la basílica, la demolición del viejo orden y la creación del nuevo. Y lo que me llama más la atención es como transformas la naturaleza de un acto propiamente violento en algo creativo. Aunque la figura de ese hombre podría interpretarse doblemente, como un Tirano o un Mesías. Interesantísimo micro, Maite. Menuda semana nos has regalado.

Abrazos.

Torcuato dijo...

Arg, he visto al dinosaurio otra vez.
Es el único pero que pongo a tu cuento.
Desgajar la calle y un trozo para cada uno y todos felices. Dame pan y dime tonto.
Un beso, Maite.

Anónimo dijo...

Bello, original y magistralmente redactado. He visto desmigajarse cada adoquín, cada ladrillo, cada piedra... Y al final he visto como se iba montando ese enorme puzle tridimensional. Chica, que he abierto hasta la boca maravillándome del resultado. Siguiendo la línea de Agus, que es un verdadero visionario, yo sacaría en conclusión como los mismos hombres, las mismas personas, podemos crear o destruir, con las mismas manos, dependiendo muchas veces de una sola persona.¡¡Qué miedo!!

Un beso, constructora de sueños.

Manu Espada dijo...

Me ha gustado tu deconstrucción/construcción de la calle, una especie de revolución no detructiva porque luego vuelven a crear sobre lo deconstruido. Muy original, Maite.

Lola Sanabria dijo...

Relato muy original y muy bien construido, con el trasfondo social que te apunta Agus. Me gustó mucho pero, al igual que Tor, la alusión al dinosaurio no tanto.

Besos mañaneros.

Claudia Sánchez dijo...

Coincido con Trocuato. Salvo el final Monterrosiano, es un cuento hermoso. Con trasfondo social y moraleja y todo. Me gustó!
Besos,

Maite dijo...

Toro Salvaje: y Perlita de Huelva decía aquello de "precaución amigo conductor, la senda es peligrosaaaa" y no sabía ella bien hasta dónde llegaba el peligro. Abrazos de finde.


Agus: ¿y dices que yo te dejo con la boca abierta? a mi me van a tener que operar de la mandíbula para poder cerrármela. ¿Como puedes clavar tanto la interpretación? Además, te diré que el primer título que tenía el micro era simplemente "Deconstrucción", así lo envié, pero luego lo he cambiado, cuestión de snobismo, supongo. Besos agradecidos.


Torcuato: jajajaja, ese arrrrgggg, lo he emitido yo misma mil veces, y ahora me veo siendo yo la causante, pero...¿voy a ser la única en el mundo que escribe micros y que no lo ha utilizado? pues ya me he quitado la espinita :p Besos con la promesa de "nunca maix"


Anónimo: ¿sabes cuantísimas veces me he planteado la fragilidad de la psicología humana? creo que unas mil veces por día, en tu comentario reflejas bien este pensamiento, que ya en más de una ocasión hemos diseccionado tú y yo en nuestras conversaciones. Un abrazo, Luis.


manuespada: ese es el núcleo del texto, tanta destrucción, en general, en todo lo que se nos muestra, me sobrepasa. Abrazos.


Lola Sanabria: lo sé, lo sé, confieso que no sé por qué lo hice, fue un impulso que no pude reprimir. Oí una voz que me decía ¡hazlo! no debí de escucharla. Besos y gracias.


Claudia: ays, pobre Monterroso, y pobre de mí ;) debo reconocer que jamás pensé que lo haría, con lo harta que estoy de verlo, algo me cegó ;) Besos

Unknown dijo...

Pues a mí me han gustado tanto tu magistral micro como su conclusión.
El dinosaurio está ya incrustado en nuestros genes literarios. Creo que tratar de evadirlo sería como afirmar que no queremos más micros que refieran a los dioses griegos, a Samsa o a Tom Sawyer.

Como lo demuestran tus personajes, con cualquier cosa podemos construir belleza.

Feliz fin de semana maite

Anita Dinamita dijo...

Ay, Maite, muy lindo. Yo también he visto el mundo reconstruyéndose como está pasando en Egipto, Libia y lo que esté por venir.
Lo único es que no me gustó que lo que construyeran fuera una catedral, que para mi es un símbolo religioso cristiano. Lo entiendo dentro del concurso y por eso me parece que está bien, pero me hubiera gustado que construyeran un símbolo menos simbólico, algo nuevo, no sé qué decirte.
Tu narrativa impresionante, creces por días chica!!!
Un gran abrazo

Juan F. Plaza dijo...

Desde luego, muy original y logrado, Maite. Buen finde

Sucede dijo...

Hola Maite!

gran historia, el final, es cierto que pierde un poco la chispa, yo casi eliminaría las dos últimas frases, pero claro, quedaría sin resolverse el enigma de que es lo que construyeron entre todos...

me quedo en tu blog, me gusta mucho que publiques siempre los lunes, los miércoles y los viernes... curioso al menos!

un abrazo!

Anónimo dijo...

Una frase mítica para cerrar un buen micro. Me gustó.

Pablo Gonz dijo...

Me gustó mucho, Maite. Me recuerda en el tono a Herman Hesse. Tiene como él algo de bíblico y mucho de lírico/sabio.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ

marialuisa dijo...

Muy bueno, me recordó a una película :)

besos

Maite dijo...

Patricia: gracias guapa por defender al clásico, y quiero que sepas que tu argumentación tiene mucho peso, no nos podemos olvidar de personajes en los que siempre se han inspirado los autores. Eso sí, cuando se han hecho tantas y tantas versiones, debo reconocer que cansa un poco, sin embargo, yo sigo viendo dinosaurios en habitaciones que continúan ganando concursos o siguen apareciendo en antologías, así que la referencia al maestro no debe de estar tan denostada ;) Besos


Anita: te puedo asegurar que yo misma hubiera puesto cualquier otro símbolo como icono de la regeneración humana, pero hablar de Zaragoza, y no hablar de El Pilar (aunque hay muchas otras cosas) se que es un topicazo, pero pensé que era lo más representativo, y lo más cercano casi más para los foráneos que para los propios, y además, en cierto modo, encajaba. De todas formas, ahora cuando vaya allí y la vea, la miraré de una forma distinta ;)


woody: gracias!! buen finde también para ti. Abrazos.


Sucede: sin las dos últimas frases puede quedar un poco cojo, aunque es cierto que el final hubiera podido ser cualquier otro ;)


enmalestado: ya ves, hay para todos los gustos :D Un fortísimo abrazo


Pablo Gonz: Me sacas los colores, Herman Hesse, eso es mucho escritor, novelista, relatista, poeta y pintor, yo solo soy una pequeña observadora del mundo. Es cierto que aquí puede haber cierto tono apocalíptico, pero para ejercer la presión de la reestructuración, algo entre milagroso y poético, sí, pudiera ser. Abrazos desmedidos, Pablo, siempre es un placer verte por casa.


mairalusia: ¿te recordó a una película en concreto o pensaste que podría ser el argumento de una? Gracias por tu aportación y me alegra que tu blog ya esté recuperándose ;)

Stewart dijo...

Ay, Maite, a mi me trajo a la cabeza una escena loca y surrealista tal vez de los hermanos Marx o de Buñuel...

Por cierto... el final... a mi el dinosaurio me cae muy bien, ¿a qué viene esa animadversión con el pobre reptil paleontológico?

Ya me dirás...

Abrazos cuánticos.

Elysa dijo...

Me encanta, desde la destrucción a crear al go nuevo, todos juntos. Me gusta esa visión que ofrece tu micro de que podemos trabajar construyendo hombro con hombro.

Un beso.

M. Aranguren dijo...

Stewart: no es animadversión, pobre animalico, es hastio más bien. Todos estamos un poco cansados de ver parafraseada esa obra en la literatura breve, nada más es eso. Un abrazo surrealista.


Elysa: sí es un mensaje de esperanza, y además creo firmemente que podríamos llegar a hacerlo, no entiendo bien el motivo por el que nos empeñamos a no hacerlo. Un beso.

Miguel Baquero dijo...

Espero que ganes. Es un muy buen relato.

Maite dijo...

Miguel Baquero: el fallo está visto para sentencia ya. Un abrazo, gracias por pasarte.

Anónimo dijo...

Te han puesto muchas cosas con las que coincido, así que no voy a reiterar. Pero está escrito genial, genial. Me encanta. Además la propia forma del relato es como una metáfora sobre el asunto. Vas soltando trozos y al final ahí está todo.

Bravo.

Maite dijo...

Alberto Flecha: ya sabes que me hace muy feliz verte por aquí y si además es para dejarme un comentario tan analítico y cariñoso, pues mejor :D Un fortísimo abrazo

Jesus Esnaola dijo...

No me olvido de ti, Maite, he ido de culo esta semana. Espero no repetir demasiadas cosas, es que si leo los comentarios antes me coartan. Me parece una idea fabuloso y la narras con mucha solvencia. Tan sólo hay algunas expresiones que me chocan, de corte un poco panfletario que hacen oscilar al micro entre lo fabuloso y lo humorístico. Pero esto es una apreciación muy personal, de gusto. El final monterrosiano tampoco me acaba de convencer, claro que la culpa es del dinosaurio no tuya.

Abrazos.

Maite dijo...

Jesús Esnaola: ups, me ha llegado al alma lo de "panfletario" ;) tal vez tengas razón, juro no haber intentado que fuera humorístico en ningún momento, y el final ha tenido lectores a favor y también ha tenido sus detractores. Aunque no sea un muy buen texto, al menos ha creado algo de polémica :D Abrazos