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miércoles, 15 de septiembre de 2010

A CABALLO REGALADO...

Supersticioso hasta la médula y de ambición infinita, Antón usaba todos los amuletos posibles para atraer la, según él, necesaria suerte. Una luminosa mañana, en la puerta de casa, encontró una caja de madera con una herradura tallada en la tapa. En su interior encontró un talismán de plata con la palabra deseo. Agarrándolo con fuerza desmedida dentro de su puño, pidió ser el hombre más rico de la comarca. Esa tarde, en el mismo lugar donde había aparecido la caja, encontró un viejo mulo. Contrariado por el pobre hallazgo, recordó que “a caballo regalado, no le mires el dentado” así que lo metió en el establo y le dio pienso hasta saciarlo. A la semana siguiente, sin aún haber visto cumplido su deseo, y cansado del gasto inútil que le estaba causando el penco, decidió regalárselo a Ramón, el panadero, hombre afable y de escasas pretensiones. Al día siguiente, el mulo cayó muerto y los dientes de oro que portaba el animal dentro de su hocico, hicieron de Ramón el hombre más acaudalado de la ciudad.


Este micro concursa en la reunión de micros de Anónima Mente

28 comentarios:

Manuel dijo...

La suerte siempre busca a quien sabe encontrarla. La prosperidad verdadera cabe en la medida de un buen abrazo.

Maite dijo...

Manuel: tus palabras no pueden ser más sabias. Te envio un abrazo con la medida justa de buen abrazo ;-)

Anita Dinamita dijo...

En realidad sí le miró el diente al caballo, pero no donde lo tenía que haber mirado...
Muy bueno Maite!
Abrazos

Maite dijo...

Anita, creo que su superstición no le dejó ni abrirle la boca al pobre mulo, hay que confiar más en uno mismo (creo yo) y en el esfuerzo, y si ello llega acompañado de algo de suerte...mejor que mejor.

Unknown dijo...

A veces estamos tan empecinados en encontrar la pequeña riqueza que creemos merecer, que no vemos la otra, la infinita riqueza que se desparrama, al alcance de la mano, a nuestro alrededor.

Maite dijo...

Patricia, has hecho una lectura perfecta. Un fuerte abrazo.

Ángeles Sánchez dijo...

Ya lo dice el refrán "es mejor ser desconfiado, que resultar estafado.", este se fió del refrán y mira...

Un abrazo Maite.

Maite dijo...

Angeles, efectivamente, y si no, siempre es más divertido dejarse sorprender, no estar de contínuo bajo leyes o preceptos. Un abrazo.

Chula dijo...

El que espera desespera... Nunca me ha parecido justo que el que menos busque, encuentre, pero entonces no lo llamaríamos suerte.
Me ha dado pena el burrito aunque entiendo que ha sido una víctima colateral.Je,je.

Torcuato dijo...

A lo mejor el mulo era un gitano rumano encantado.
Muy bueno el juego con el refrán.
Un beso Maite.

Maite dijo...

Chula: yo no estoy de acuerdo, no es el que menos busque, porque hay gente que busca con el esfuerzo, con la ilusión y las ganas...pero dejarlo todo en manos de la suerte, me parece un error (tal vez deba cambiar de filosofía) El pobre mulo estaba viejito y no sufrió ;-)
Un beso y gracias por pasarte

Maite dijo...

Torcuato: jajajaja, podría ser, podría ser, Torcuato, sobre todo por los dientes de oro ¿no? ;-)

Anónimo dijo...

Muy buena la idea, y veo cambios en la forma de redactar muy interesantes. Lo veo ágil y directo, engancha. Felicidades, Maite.
Un abrazo

Maite dijo...

Alberto, me hace mucha ilusión el comentario que me has hecho. Con sinceridad, no es un cambio "planeado", creo que es un registro que le iba a este tipo de relato. Un gran abrazo.

Lola Sanabria dijo...

También podía valer aquello de "la avaricia rompe el saco". Me encantó el final porque el tipo tuvo su merecido.

Abrazos.

Maite dijo...

Claro que sí, Lola, se le rompió el saco del todo, pero ese...sería otro relato ;-) Un beso

vittt dijo...

este micro es caballo ganador.

Maite dijo...

Jejejeje, vittt, muy optimista tú. Además, ya sabes, "no vendas la piel del oso antes de cazarlo", por la reunión de micros hay mucho pura sangre. Un abrazo.

Acuática dijo...

¡No le miró los dientes! Jajajaja, aplicación literal del refrán... ¡mucha suerte en la reunión Maite!
:)

Maite dijo...

Así es acuática, hay quien sigue por la línea, tan recto, tan recto, que se pierde todo lo que hay a los lados ;-) Un abrazo

bicefalepena dijo...

Si es que hay quien ni gritándoselo al oído hay quien cambia de vida.
...si naciste para clavo, del cielo te caen martillos...

Maite dijo...

Jejeje, me encanta ese refrán que has dejado, Bicefalepena, en el fondo tiene su gracia esto de la cultura del refranero popular. Abrazos.

Pablo de la Rúa dijo...

Hola Maite, así me gusta distorsionando los tópicos, la mejor manera de crear grandes historias.

Maite dijo...

Así es Pablo, metiendo la vida en la batidora, a ver qué sale :-D Un abrazo.

Miguel Baquero dijo...

Para que hagas caso de los refranes... que, por cierto, no sirven de mucho, porque hay refranes para hacer una cosa y también para la contraria

Maite dijo...

Ya ves, Miguel, ya ni del saber popular te puedes fiar ;-)

Juan Vásquez dijo...

Muuuy bueno Maite, cada vez me alegro más de haber llegado aquí.

Maite dijo...

Juan, y yo cada vez me alegro más de tu entusiasmo, espero no defraudarte. Un abrazo.