Siempre había pensado que las figuras de dentro de esas bolas tenían que vivir amargadas. Están encerradas y no pueden jugar con el resto de los juguetes, sumergidas en agua y, además, cada vez que alguien se fija en ellos viene, los agarra y los pone cabeza abajo. Así que hago un llamamiento: ¡hay que liberarlos ya! Me has ablandado el corazón, Maite. Besos.
Y después del día de hoy un montón de bolitas de nieve fueron liberadas, un ejército vengativo de Papás Noeles metieron a los humanos en una gran bola de cristal. Muy lindo cuentito Maite, pero se ve que tiene vida propia. Abrazos
Ojalá pudiéramos liberar a todos los juguetes de su cárcel de plástico o madera. (Y hagámoslo rápido, no sea que pase lo que presiente Anita y un día seamos nosotros los que estemos fijos en una estantería).
A mí me deja un poso de tristeza tu micro, Maite. Más que a Papá Noel, veo a toda esa familia que ha olvidado cómo disfrutar de la navidad, casi cómo disfrutar. Menos mal que dejas una ventana abierta a la esperanza, viene un bebé, veremos qué les enseña el pequeño.
Jesus: déjame que te de un aplauso por tu buenísima lectura. Eso era exactamente lo que quería mostrar con este relato, el olvido de las cosas importantes, de los momentos infantiles para hacernos "demasiado adultos". Sólo cabe la esperanza a través de la nueva vida que se crea y que vuelve a dar sentido a todo. Un fortísimo abrazo (seguimos en sintonía)
La navidad. Fechas que poseen gente a favor y en contra. La navidad. Siguen sonando las bombas que ahuyentan la paz, enriqueciéndose los ricos que no tienen corazón, dando discursos los reyes de la información privilegiada,... La navidad. Ni a favor ni en contra. Solo vivir tranquilo.
Así es, Adivín, la Navidad siempre tiene adeptos y detractores. Pero mientras nos montan un decorado de regalos, magia, comilonas y supuesta armonía, la gente sigue sufriendo. Eso, parece ser que, es la vida. Un abrazo.
Miguel, es verdad que la Navidad, como muchos otros momentos de la vida se ha desvirtuado mucho, pero no estoy de acuerdo en que es una época de poco trabajo!!!! para mí es horrible :-D Se nota que se acercan estas fechas que ya a todos nos empiezan a inspirar, a unos historias más negras y a otros más blancas. Un abrazo.
Daniel, me gusta tu comentario. Sé que tu ojo crítico observa bajo el prisma de la calidad y la mejora, y eso me parece muy saludable. Sé podrá estar más o menos de acuerdo con la opinión, pero repito, me parece saludable. Gracias por comentar.
Maite, a mí me ha recordado a Ciudadano Kane, a la bola de Rosebud, a la infancia perdida del protagonista. Cuando muere recuerda esa bola, su infancia, la nieve, el trineo...
Manu, recuerdo (aunque algo vagamente) esa escena. Lo que dices es precioso y evocador. Los recuerdos no sólo están en la mente, también lo están en los objetos. Un fuerte abrazo.
Siepre puede surgir la oportunidad de dar la vuelta a los viejos juguetes y que todo vuelva a empezar. Me ha gustado mucho el micro, aunque a mí esas bolas de nieve, no sé por qué, siempre me han causado una gran melancolía.
Miguel Baquero: pues me alegro muchísimo de que te haya gustado. Hay que vivir la vida como ciclos, vueltas concéntricas y nuevas oportunidades. Un secreto, a mi también me producen melancolía, supongo que algo se nota en el relato. Un fuerte abrazo.
Querida Lola: debo confesarte que mi sentimiento hacia la Navidad es más bien de rechazo, pero siempre hay personas/historias que ponen un remiendo a este sentimiento. Un besito grande.
28 comentarios:
Redondo, como la bola donde vive este Papá Noel.
Un beso.
Parece ser que hay más gente de la que creemos observándonos :-D Un beso, Torcuato.
Muy bueno Maite! Y tu comentario... hummm, se viene un cortito me parece... ;-)
Saludos!
Ey, Claudia, me encanta sentirme musa de un cortito :-) Espero a leerlo... ya! Un beso.
Siempre había pensado que las figuras de dentro de esas bolas tenían que vivir amargadas. Están encerradas y no pueden jugar con el resto de los juguetes, sumergidas en agua y, además, cada vez que alguien se fija en ellos viene, los agarra y los pone cabeza abajo. Así que hago un llamamiento: ¡hay que liberarlos ya!
Me has ablandado el corazón, Maite.
Besos.
Jejeje, Alberto, no soy yo quien te ablanda el corazón, ese venía ya de serie ;-)
la nieve mejor en la cabeza que en los pies
¡No me digas que hay vida dentro de esas bolitas! Pobres, y yo sin darme cuenta. Ahora mismo voy a liberarles, jejeje
Un saludo indio
vittt: si vieras la nieve que suelo tener yo por aquí, es de la cabeza a los pies, sin posibilidad de elegir :-D
Sí, Indio, si te fijas bien le verás poner los ojos en blanco cuando lo pones cabeza abajo!! Un abrazo
Y después del día de hoy un montón de bolitas de nieve fueron liberadas, un ejército vengativo de Papás Noeles metieron a los humanos en una gran bola de cristal.
Muy lindo cuentito Maite, pero se ve que tiene vida propia.
Abrazos
Ojalá pudiéramos liberar a todos los juguetes de su cárcel de plástico o madera.
(Y hagámoslo rápido, no sea que pase lo que presiente Anita y un día seamos nosotros los que estemos fijos en una estantería).
A mí me deja un poso de tristeza tu micro, Maite. Más que a Papá Noel, veo a toda esa familia que ha olvidado cómo disfrutar de la navidad, casi cómo disfrutar. Menos mal que dejas una ventana abierta a la esperanza, viene un bebé, veremos qué les enseña el pequeño.
Muy bien, Maite.
Un abrazo.
Anita: así me gusta, haciendo que el micro cobre vida. Un fuerte abrazo.
Patricia: tal vez sólo tengamos que volver a sentirnos niños, con eso es muy posible que los juguetes se liberen por sí sólos :-D Un abrazo
Jesus: déjame que te de un aplauso por tu buenísima lectura. Eso era exactamente lo que quería mostrar con este relato, el olvido de las cosas importantes, de los momentos infantiles para hacernos "demasiado adultos". Sólo cabe la esperanza a través de la nueva vida que se crea y que vuelve a dar sentido a todo. Un fortísimo abrazo (seguimos en sintonía)
La navidad. Fechas que poseen gente a favor y en contra. La navidad. Siguen sonando las bombas que ahuyentan la paz, enriqueciéndose los ricos que no tienen corazón, dando discursos los reyes de la información privilegiada,... La navidad. Ni a favor ni en contra. Solo vivir tranquilo.
Blogsaludos
Así es, Adivín, la Navidad siempre tiene adeptos y detractores. Pero mientras nos montan un decorado de regalos, magia, comilonas y supuesta armonía, la gente sigue sufriendo. Eso, parece ser que, es la vida. Un abrazo.
La Navidad cada vez es más un momento en el que nos hinchamos a comer, a beber, y a trabajar poco.
Al menos la Navidad que cuentas aquí tiene su punto más alegre que la que hoy tocó en mi entrada.
Saludos
Miguel, es verdad que la Navidad, como muchos otros momentos de la vida se ha desvirtuado mucho, pero no estoy de acuerdo en que es una época de poco trabajo!!!! para mí es horrible :-D Se nota que se acercan estas fechas que ya a todos nos empiezan a inspirar, a unos historias más negras y a otros más blancas. Un abrazo.
A mí lo que más me sedujo fue la narración ágil.
No tanto el argumento.
8
Daniel, me gusta tu comentario. Sé que tu ojo crítico observa bajo el prisma de la calidad y la mejora, y eso me parece muy saludable. Sé podrá estar más o menos de acuerdo con la opinión, pero repito, me parece saludable. Gracias por comentar.
Maite, a mí me ha recordado a Ciudadano Kane, a la bola de Rosebud, a la infancia perdida del protagonista. Cuando muere recuerda esa bola, su infancia, la nieve, el trineo...
Manu, recuerdo (aunque algo vagamente) esa escena. Lo que dices es precioso y evocador. Los recuerdos no sólo están en la mente, también lo están en los objetos. Un fuerte abrazo.
Siepre puede surgir la oportunidad de dar la vuelta a los viejos juguetes y que todo vuelva a empezar. Me ha gustado mucho el micro, aunque a mí esas bolas de nieve, no sé por qué, siempre me han causado una gran melancolía.
Miguel Baquero: pues me alegro muchísimo de que te haya gustado. Hay que vivir la vida como ciclos, vueltas concéntricas y nuevas oportunidades. Un secreto, a mi también me producen melancolía, supongo que algo se nota en el relato. Un fuerte abrazo.
No me gusta la Navidad y vas tú y haces este micro de abandonos.Me ha entrado la morriña total, Maite. Lo has hecho muy bien, mi niña.
Besos.
Querida Lola: debo confesarte que mi sentimiento hacia la Navidad es más bien de rechazo, pero siempre hay personas/historias que ponen un remiendo a este sentimiento. Un besito grande.
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