Tras visitar varios médicos, y sin obtener ningún resultado positivo, un amigo le recomendó que acudiera a un curandero. Llevaba meses sintiendo una fuerte presión en la nuca que le obligaba a caminar siempre con la cabeza erguida, una especie de tortícolis que le forzaba a mirar por encima del hombro. También notaba un peso descomunal sobre los hombros, como si tuviera a alguien subido a la espalda. En ocasiones, intuía una presencia incómoda a su lado, por ello se miraba una y otra vez en el espejo, intentando descubrir algún perfil extraño, algún espectro, un ectoplasma tal vez. Cuando contó todos estos síntomas al chamán, éste se quedó pensativo unos instantes, le miró directamente a los ojos y resolvió: -Amigo, no busques la solución fuera de ti, porque lo que tú tienes no es otra cosa que, el ego subido.
12 comentarios:
jajaja, bien bien, me ha gustado.
Un poquito de humor filosófico no está mal, Gotzon.
Un abrazo
Eso, eso un poco de humor, que siempre viene bien. Normal que lo viera un chamán, los médicos no se enteran de esas cosas.
Jeje, bien por el chamán. Yo creo que un médico también lo vería pero lo solucionaría con un poco de ibuprofeno. Y, por descontado, dos o tres días de baja.
Un abrazo
Si, Manu, una sonrisa a tiempo se puede convertir en una carcajada :-)
Sólo quien vea un poquito más allá podrá diagnosticar esas cosas.
Un abrazo
No se si después del ibuprofeno de turno el muchacho este dejaría de mirar a la gente por encima del hombre ¿eh?
Un abrazo, Jesus
Curioseando blogs llego aquí y no puedo hacer otra cosa que sonreir. Me ha gustado mucho.
Saludos
El Ego subido a la chepa. Ja, ja. Es muy bueno el final.
Su, pues bienvenida, y sigue curioseando a tus anchas.
Un abrazo
Torcuato, es un pequeño guiño a muchos que andan por ahí sin saber que tienen "algo subido a la chepa"
Un beso
El ego-acuestas debe ser algo peor que el ego-centrismo, y mucho peor que el ego-ista.
No lo dudes, Luis, es una auténtica carga. Original tu comentario.
Un abrazo
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